El naufragio de un pesquero portugués frente al cabo Peñas, en Asturias, la noche del domingo al lunes provocó la muerte de dos marineros y la desaparición de otros seis. El noveno tripulante del Santa Ana, el patrón de la embarcación, pudo ser rescatado con vida aunque con síntomas de hipotermia y policontusiones. El estado de la mar impedía ayer a los buzos sumergirse para tratar de acceder al barco hundido, en cuyo interior se sospecha puedan hallarse los desaparecidos, que se encontraban durmiendo cuando embarrancaron con la isla de Erbosa, según el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo.

La tripulación del barco estaba integrada por cinco españoles --cuatro de ellos de Muros (La Coruña) y uno asturiano--, dos indonesios y dos portugueses. Los dos cadáveres recuperados del naufragio corresponden a un marinero gallego y otro portugués. El único superviviente es Manuel Simal Sande, de 50 años y de nacionalidad española, que fue ingresado en el Hospital de San Agustín de Avilés. Fuentes del hospital explicaron que el herido estará 24 horas en observación en urgencias, pero que su vida no corre peligro. El barco siniestrado tenía unos 35 metros de eslora y se encontraba en la zona de pesca de la caballa.