El permiso de residencia en Italia, las cuentas del banco, sus hojas de salario, el certificado de no tener antecedentes penales... En su deseo de demostrar que dice la verdad, M´hamed Budali intenta enseñar tantos papeles a la vez que, al final, las hojas acaban enredándose en sus manos nerviosas, con las que, a cada poco, tiene que secarse las lágrimas. Su llanto obedece a que, para su desgracia, el único documento que hoy cuenta es su pasaporte, donde una cruz negra le marca como indeseable para la UE.

Con esa cruz, las autoridades españolas señalan los pasaportes de las personas que han sido expulsadas del territorio Schengen. A M´hamed, de 31 años, le pusieron el estigma el 10 de enero en el puerto de Algeciras. M´hamed, residente en la ciudad italiana de Módena desde hace 10 años, iba de regreso a Italia después de que en diciembre viajara a Marruecos. Vino a dejar en Juribga, su ciudad natal, a su hijo de 2 años, enfermo de asma y a quien el médico le recomendó una temporada en un clima seco.

En la frontera de Algeciras, la policía le apartó y, retirándole el permiso de residencia, le encerró en una celda durante 24 horas. "Me dijeron que mi tarjeta de residencia era falsa y que no podía pasar", recuerda M´hamed. Al día siguiente le devolvieron a Marruecos.

Esa decisión policial ha destruido su vida, pues ya no puede regresar a la ciudad donde estaba forjando su destino. "He perdido --asegura entre lágrimas-- mi empleo, mi casa y mi coche. Mi mujer ha caído en una depresión y amenaza con dejarme. No tengo dinero ni para comprarle a mi hijo las medicinas que necesita". M´hamed, que en Italia trabajaba en una fábrica de cristales y colaboraba en una ONG, se ha visto abocado de pronto a la miseria. "En Italia vivía en un apartamento, y ahora duermo en un garaje", clama.

No es el único caso. La Asociación de Amigos y Familiares de las Víctimas de la Inmigración Clandestina (AAFVIC) ha recibido la denuncia de 13 inmigrantes a los que les ha ocurrido lo mismo. Y eso sólo por lo que respecta a los originarios de Juribga. Según los testimonios recogidos por la AAFVIC, la policía española ha impedido en Algeciras la entrada a Europa a unos 800 inmigrantes marroquís residentes en Italia.

Otro de esos casos es el de Fuad Zemnan, un marroquí de 35 años residente en Ancona desde 1989, donde trabajaba como un jefe de cocina en un restaurante. A Fuad, la policía le impidió el paso el 8 de diciembre. En el atestado policial que le entregaron, la decisión se justifica "por estar sujeto a expresa prohibición de entrada". Ahora, su situación es desesperada."Yo estoy aquí atrapado --lamenta-- y mi mujer y mi hija están en Italia. No entiendo cómo la policía española puede romper una familia tan alegremente".

Confianza en la máquina

Fuentes de la Policía Nacional en Algeciras se defienden de esas acusaciones asegurando que "esas personas han sido expulsadas después de que las máquinas de verificación de documentos revelaran que sus permisos eran falsos". "Confiamos en nuestros profesionales y en nuestras máquinas", afirman.

No obstante, tanto los inmigrantes afectados como la AAFVIC reprochan a las fuerzas de seguridad españolas su negativa a comprobar con las autoridades italianas la veracidad de esos documentos.