Llamaban al teléfono de aquella famosa vidente para recibir consejo sobre su futuro y allí relataban sus más incofesables secretos. Creían que las fuerzas del más allá iban a solucionarles los problemas. Sin embargo, se toparon con unos desalmados del más acá, y acabaron atrapados en una telaraña de extorsión. Esto es lo que le sucedió a varias personas chantajeadas por una red integrada por teleoperadores de una línea telefónica de videncia y tarot que ha sido desmantelada por la Guardia Civil de Almería. Los detenidos trabajaban en el equipo de un famosa vidente catalana que, según el instituto armado, "era ajena a esa actividad ilegal", informa Julia Camacho. En total, han sido detenidas seis personas: cinco mujeres y un hombre.

Los arrestados se habían repartido las tareas hasta desarrollar un afinado método de extorsión con el que estaban ganando miles de euros. Así, varios de ellos se encargaban de seleccionar, entre los cientos de llamadas que recibía la vidente para la que trabajaban, aquellos perfiles de comunicante que consideraban más propicio para el chantaje.

Magia negra en oferta

En la conversación, las teleoperadoras sonsacaban a estas personas información muy privada y, en ocasiones, les aconsejaban que, para poner remedio a sus males, lo que debían hacer era pedir que se le hiciera un hechizo de magia negra a la persona que creían que les estaba perjudicando. "Engañaban a sus víctimas con la magia negra, ofreciéndose a actuar como sicarios espirituales", comentaron fuentes cercanas a las pesquisas, que señalaron que los detenidos se conocieron en el equipo de ese vidente, donde cobraban 300 euros mensuales.

La extorsión en sí misma comenzaba días después, cuando los clientes recibían una llamada de personas de esa red en que se les decía que la anterior conversación había sido grabada y les amenazaban con hacerla pública. El hecho de que algunas de esas personas hubieran confesado intimidades sexuales o amorosas o bien que hubieran accedido a contratar una ceremonia de magia negra para causar mal a alguien hacía que esos clientes temieran las consecuencias que pudiera tener la difusión de esa grabación. A cambio de su silencio, la red obligaba a las víctimas a pagarles grandes cantidades de dinero.

Así, una de las víctimas, residente en Almería y que sufrió un chantaje que duró tres meses, llegó a abonarles hasta 28.100 euros en varios pagos; mientras que otra de las afectadas pagó 5.000.

Ambos casos fueron investigados en una operación bautizada Mala Hierba, coordinada por un juzgado de la localidad almeriense de Roquetas de Mar. Además de esos dos casos, los investigadores están seguros de que hay más víctimas que por temor han estado calladas, y a las que invitan a que denuncien.