El Gobierno del PSOE, partido de matriz republicana y escasa fe en el principio dinástico, felicitó ayer de todo corazón al príncipe Felipe y a su prometida, Letizia Ortiz, en un gesto que confirma la insistente apuesta del partido socialista por la continuidad de la Corona española. En el almuerzo que el Ejecutivo ofreció a los novios en la Moncloa, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero les deseó que su felicidad "sea el espejo de la felicidad de todos los españoles".

A la comida asistió el Gobierno en pleno a excepción del titular de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, que se hallaba en Bruselas. Los ministros acudieron sin acompañante, pero sí asistió la esposa de Zapatero, Sonsoles Espinosa. La pareja recibió a Felipe y Letizia en la escalinata del edificio del Consejo de Ministros, próximo al palacio de la Moncloa.

VERSOS DE BORGES

El almuerzo fue servido en el Salón de Columnas, habitual escenario de acontecimientos señalados. En ese marco, Zapatero anunció hace 29 días la retirada de las tropas españolas de Irak. También fue el escenario elegido para la firma del pacto antiterrorista, en diciembre del 2000. A la hora del brindis, el presidente del Gobierno citó unos versos del poema Los justos , de Jorge Luis Borges, por el que siente predilección.

En ese poema, Borges define como justos a quienes "prefieren que los otros tengan razón" y también "a una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto". Una imagen, esta última, propia "de los que se aman, porque comparten", apostilló José Luis Rodríguez Zapatero al alzar su copa.

ILUSION ANTE EL ENLACE Al agradecer el gesto del Gobierno, el príncipe Felipe volvió a situar su enlace en el contexto institucional, como hizo en el almuerzo celebrado en el Congreso de los Diputados. Así, recordó "la permanente actitud de servicio a los españoles" que le guía, "y que ha de guiar el comportamiento de los futuros príncipes de Asturias". También manifestó su ilusión ante el enlace con Letizia.

Como exigen los cánones, la mujer de Rodríguez Zapatero tomó asiento a la derecha del príncipe Felipe, mientras a su izquierda se situó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Al otra lado de la mesa se situó el jefe del Ejecutivo, flaqueado por Letizia Ortiz y la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez.

Antes del almuerzo, la pareja real firmó en el libro de invitados ilustres. En la comida se sirvieron pañuelitos crujientes de bogavante y solomillo de buey al queso de Tresviso. De postre, espuma de chocolate con fresas. El tinto de la Ribera del Duero, que tan abundantemente se escanció bajo la presidencia de José María Aznar, estuvo ausente en la carta de vinos, en la que sí figuraron un blanco de Albariño y un tinto reserva de La Rioja.

Con el almuerzo celebrado ayer, la pareja real cerró el ciclo de visitas institucionales que se inició en el Congreso y siguió, la semana pasada, en el ayuntamiento y en la Comunidad de Madrid.