Un agente de la Guardia Civil fuera de servicio encontró ayer por la mañana un artefacto explosivo sumergido a 3 metros de profundidad, y a 25 metros de la arena, en una playa de Barcelona. El funcionario del instituto armado es miembro del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas), la unidad de submarinistas y, tras el hallazgo, dio aviso a las autoridades.

La Guardia Urbana de Barcelona procedió a desalojar de bañistas la zona, a esa ahora atestada, y abrió un amplio cordón de seguridad en torno a las 13 horas. La bandera roja, que prohíbe el baño, seguirá izada en la playa de San Sebastián, donde se encontró la bomba, y en la de la Barceloneta, colindante a ésta, hasta que resulte posible desactivar el artefacto.

Está previsto que un equipo de la Armada Española, la rama marítima de las Fuerzas Armadas Españolas, con base en Cartagena, lleve a cabo una detonación controlada de la bomba hoy, según informó la Guardia Civil.

Hasta cinco lanchas con buzos del Geas de la Guardia Civil trabajaron ayer sobre el supuesto explosivo para valorar otras alternativas finalmente descartadas.La Guardia Civil estimó «potencialmente peligroso manipular» el artefacto, un proyectil aéreo «antiguo» que mide 1,10 metros de alto y 80 centímetros de diámetro, y por ello optó por pedir la intervención del ejército.