La iniciativa del joven granadino que denunció abusos sexuales por parte de un grupo de curas puede desatar un efecto dominó. De momento, empujado por el ejemplo, Sergi, un hombre de Tarragona que ahora tiene 45 años, ha hecho público que cuando tenía 11 años y estaba interno en el seminario de los Mercedarios de Reus (Tarregona) sufrió abusos sexuales por parte de un cura. "Lo hago por mí, porque me estoy liberando de algo que he sufrido en silencio muchos años, pero no quiero nada, aunque me gustaría que otras personas que han sufrido abusos también lo expliquen", dijo ayer.

Unos meses antes de los sucesos de Granada, Sergi confesó a sus padres y a su mujer el secreto que, "por miedo o por vergüenza", nunca había explicado a nadie. Lo hizo sin entrar en demasiados detalles, y les dijo que si alguien denunciaba algo parecido él también lo explicaría. Volvió a afrontar el tema con su mujer hace unos días, para explicarle todos los detalles de lo ocurrido y decirle que lo iba a hacer público.

No tiene intención de presentar ninguna denuncia judicial, pero el detonante definitivo para hacer público su caso fue la indignación que experimentó tras ver que los acusados de Granada salían en libertad. Aunque salva al actual papa Francisco, lamenta que la Iglesia "no ha hecho nada por evitar los abusos".

INFORME AL VATICANO El arzobispado de Tarragona ha informado del asunto a la Santa Sede y a los superiores de los Padres Mercedarios, "para que actúen conforme a los procedimientos establecidos por la Iglesia". También lamentan que se produzcan casos como el explicado por Sergi "para los que Iglesia expresa su absoluta repulsa y tolerancia cero".