La misión LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) de la NASA ha revelado la existencia de moléculas de agua moviéndose alrededor del lado diurno de la Luna. Un artículo publicado en Geophysical Research Letters describe cómo las mediciones del instrumento LAMP (Lyman Alpha Mapping Project) de la capa dispersa de moléculas temporalmente adheridas a la superficie, ayudaron a caracterizar los cambios en la hidratación lunar en el transcurso de un día.

La cantidad y las ubicaciones varían según la hora del día. Este agua es más común en latitudes más altas y tiende a manifestarse cuando la superficie se calienta.

Las moléculas de agua permanecen fuertemente unidas al al suelo lunar o regolito hasta que las temperaturas de la superficie alcanzan su punto máximo cerca del mediodía lunar. Luego, las moléculas se desorientan térmicamente y pueden rebotar a un lugar cercano lo suficientemente frío como para que la molécula se adhiera a la atmósfera o exosfera extremadamente tenue de la Luna, hasta que las temperaturas desciendan y las moléculas regresen a la superficie.

Los iones de hidrógeno en el viento solar pueden ser la fuente de la mayor parte del agua de la superficie de la Luna. «Estos resultados ayudan a comprender el ciclo lunar del agua y, en última instancia, nos ayudarán a aprender sobre la accesibilidad del agua que los humanos pueden usar en futuras misiones a la Luna --dice Amanda Hendrix, científica principal del Instituto de Ciencia Planetaria y autora principal del estudio--. El agua lunar puede ser utilizada potencialmente por los seres humanos para producir combustible o para el blindaje de radiación o la gestión térmica; si no es necesario enviar estos materiales desde la Tierra, eso hace que estas futuras misiones sean más asequibles», concluye.