A los 78 años, el sacerdote Cristian Precht Bañados, uno de los héroes de la lucha contra la dictadura pinochetista, fue expulsado del ejercicio sacerdotal por actos reiterados de pederastia. Aunque a estas alturas pocos se sorprendieron de la orden dada por el papa Francisco, la deriva moral de Precht no deja de provocar perplejidad en el movimiento de derechos humanos chileno. «El dolor es grande y el impacto también para toda la Iglesia, considerando, además, que el padre Precht es una persona de larga trayectoria», reconoció el vicario judicial del Arzobispado, Jaime Ortiz de Lazcano.

La Iglesia chilena se encuentra en el ojo de la tormenta por numerosas denuncias de abusos a menores de parte de algunos de sus miembros. La crisis se hizo más visible durante la visita del Pontífice en enero. Pero Pretch tenía una aureola diferente al de otros sacerdotes incriminados. Nadie en Chile podía compararlo con Carlos Karadima, el cura de los ricos que, luego se supo, era un abusador en serie de seminaristas y jóvenes. Precht había ganado su prestigio en medio del horror. Bajo el nombre de Francisco Melo y a modo de homenaje ocupó un lugar protagonista en la serie televisiva Los Archivos del Cardenal en la que se cuenta el trabajo que realizó la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado durante la dictadura militar (1973-90) en defensa de los torturados, presos y familiares de los desaparecidos. Aquel Precht trabajó entonces codo a codo con el abogado Javier Luis Egana, el secretario ejecutivo de la Vicaría.

Justo en el 2011, el año del estreno de la serie, se iniciaron las denuncias en contra del sacerdote, y pudo saberse que detrás del Precht piadoso en rigor se escondía el abusador. Sus perversiones tuvieron especialmente lugar en el interior del Instituto Alonso de Ercilla, principal colegio de la congregación marista en Chile. Fue separado de su cargo en el 2012. Luego afloraron otras acusaciones.

Seis años más tarde, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Luis F. Ladaria, notificó su dimisión del estado clerical exofficio et pro bono Ecclesiae. La expulsión no es apelable. «Es la medida a nivel canónico más dura, la pena perpetua del estado clerical», dijo Ortiz de Lazcano.

EXPULSIÓN NO APELABLE / La decisión tomada por el papa Francisco tiene repercusiones tanto en el Vaticano como en el seno de la Iglesia chilena porque Precht había sido «perdonado» por el cardenal santiaguino Ricardo Ezzati. Varias víctimas de Karadima saludaron el giro de los acontecimientos.