Con las tres cartas bombas interceptadas ayer en Zaragoza, son ya 18 los artefactos dirigidos contra profesionales de los medios de comunicación desde el año 2000, aunque sólo la enviada al periodista Gorka Landaburu llegó a explosionar. Sufrió la amputación del dedo pulgar de una mano y diversas heridas en la cara . Luis María Anson (La Razón), Federico Jiménez Losantos (Cope) y la jefa de informativos de Antena 3 TV, Gloria Lomana, eran los objetivos de las tres cartas bombas interceptadas en la oficina de Correos de la estación de ferrocarril del Portillo. Lo que ha caracterizado hasta el momento a la mayoría de estos envíos ha sido la dificultad en esclarecer su autoría. ETA únicamente reivindicó el atentado contra Gorka Landaburu, por el que ya han sido procesados tres miembros del comando Buruntza, mientras que sólo se ha podido acusar a un joven anarquista, Eduardo García Macías, de haber remitido en octubre del 2000 sendos paquetes-bomba a los periodistas Raúl del Pozo y Alfredo Semprún. El primer paquete-bomba fue el que recibió Carlos Herrera el 27 de marzo de 2000 en las oficinas de Radio Nacional de España en Sevilla, que pudo ser desactivado, y cuya autoría se atribuyó también en un principio a la banda terrorista. Posteriormente, varios periodistas de La Razón recibieron paquetes-bomba. En concreto, los subdirectores del periódico Jesús María Zuloaga y Alfredo Semprún y el jefe de investigación del diario, Juan Carlos Serrano. Otros afectados han sido David Jiménez, Raúl del Pozo, Agustín Yanel, Antonio San José, Santiago Silván, Marisa Guerrero, Enrique Ibarra.