La planta aragonesa prevé fabricar a lo largo del 2018 más de 400.000 unidades de sus modelos ‘Corsa’, ‘Crossland X’, ‘Mokka X’ y ‘Aircross’. La cifra superará los 382.000 vehículos ensamblados en el 2017, por lo que las previsiones son buenas. De hecho, la plantilla va a tener que trabajar en sábado. La fórmula de cómo hacerlo también debe negociarse con la empresa. De las 382.000 unidades del año pasado, unas 210.000 fueron del ‘Corsa’, lo que demuestra el gran peso que tiene este modelo en la factoría aragonesa.

La compra de Opel ha permitido al grupo PSA (Peugeot, Citroën y DS) alcanzar el liderazgo en España en el 2017 tanto en ventas (con 311.673 vehículos) como en producción (fabricó en sus plantas de Vigo, Zaragoza y Madrid 876.672 coches). Según informó ayer el grupo galo, un tercio de la producción automotriz española (el 31 % del total) salió en el 2017 de sus instalaciones, en las que se fabrican doce modelos. El pasado año las cuatro marcas de PSA consiguieron una cuota de mercado del 21,7%, tras aumentar sus matriculaciones un 5,8% respecto al 2016.

Cuando estaba en manos de GM, Figueruelas era una de las plantas europeas de Opel más rentables. Tras la compra de PSA, la fábrica aragonesa también debe competir con las factorías del grupo francés en la península. Y ahí, no sale tan bien parada. PSA cuenta con una planta en Vigo, otra en Madrid y otra en Mangualde (Portugal). Estas tres fábricas, junto a la de Figueruelas, suman 13.600 empleados. Además, el grupo galo está construyendo una nueva factoría en Kénitra (Marruecos), que estará operativa a comienzos del 2019 y que se unirá a la ‘competición’.

Hasta el momento, y aunque se espera que todavía pueda seguir siendo así, Figueruelas era la única planta europea de Opel que se había quedado al margen del ajuste de empleo planteado por PSA. El grupo anunció en diciembre un plan de reestructuración con casi 1.200 despidos no traumáticos que incluían 400 salidas en la fábrica inglesa de Ellesmere Port y más de 200 en la alemana de Rüsselsheim. También se planteaban ajustes en la planta de Eisenach, donde podría suprimirse un turno de trabajo, así como en Polonia, Austria y Hungría.

Aún es pronto para saber si la amenaza puesta encima de la mesa ayer por parte de PSA se hará realidad, pero, si así fuera, nadie duda de que los despidos llegarían a Figueruelas. La pérdida del ‘Corsa’ y la supresión de una línea de fabricación conllevaría reducir a la mitad la producción de la planta zaragozana, con el consiguiente ajuste de empleo. Todo ello, además, repercutiría en las empresas auxiliares de la comunidad, muy dependientes todavía de Opel España. De hecho, el sector ya avisa de que están en peligro 5.000 empleos.