Tristeza y asco. Estos son los sentimientos que los hechos probados en la sentencia del caso Gürtel conocidos ayer provocan sobre el presidente el partido en Aragón, Luis María Beamonte. «Me duele más que a nadie», reconoció el dirigente pocas horas después de conocerse la condena al extesorero Luis Bárcenas a 33 años de cárcel, al cabecilla de la trama, Francisco Correa, a 51 años y 11 meses, y al propio partido como partícipe lucrativo.

Beamonte aseguró que la formación «tendrá que reaccionar» tras lo abrumador de la sentencia y por lo tanto ofrecer «una respuesta contundente» a la opinión pública. Así, reconoce que existe un notable riesgo de desafección que necesita ser reconducido desde la dirección estatal. «Estamos hablando de una época concreta, pero es necesario asumir lo que pasa», precisó.

De cara a la gestión de las consecuencias de estas condenas prefirió no marcar líneas concretas. «A veces es muy fácil ejercer de Pepito Grillo», señaló, para únicamente recomendar «prudencia y responsabilidad» en las decisiones.

El presidente aragonés del partido quiso recordar igualmente que la organización en la comunidad nunca se ha visto salpicada por escándalos de este tipo. «Estamos ante una gestión modélica y sin tacha», expresó, antes de recordar que han tenido puestos de responsabilidad.

Beamonte, que condenó y rechazó cualquier acto de corrupción defendió que el PP es «otra cosa» de lo que a veces muestran los medios. «El PP son los alcaldes, concejales y simpatizantes que día tras día se dejan la vida por el partido», indicó.

La condena anunciada ayer provocó igualmente un buen número de reacciones en el resto de las formaciones aragonesas. Desde Ciudadanos, con los que hace dos días pactaron los presupuestos estatales, indicaron que lo sucedido «daña la imagen del país». La portavoz parlamentaria, Susana Gaspar, alertó además de que esta «debilidad» podría afectar en la gestión de asuntos como «el separatismo y el populismo».

Por parte del PAR, formación con la que firmaron un pacto estatal de colaboración, se condenó la corrupción y confiaron en que la propia organización asuma la responsabilidad de sus miembros. El presidente Arturo Aliaga defendió la independencia judicial y consideró que en este momento no procede revisar sus acuerdor por hacer referencia únicamente a cuestiones autonómicas.

El secretario de organización del PSOE en Aragón, Dario Villagrasa, calificó el caso como de «máxima gravedad» y lamentó lamentado el «bochornoso espectáculo» ofrecido por el PP en todo lo relacionado con la financiación.

Más contundente se mostró la portavoz de Podemos en la comunidad, Maru Díaz. «La sentencia confirma que estamos gobernados por un partido condenado por corrupción, ni los ciudadanos ni las instituciones se merecen pasar por esta situación de vergüenza de estar sometidos a un Gobierno indecente e indigno» afirmó. Y pidió que los partidos que han sostenido con diversas decisiones la permanencia de «M. Rajoy» en La Moncloa «recapaciten».

Tanto en CHA como en IU la noticia de la Audiencia Nacional provocó que sus dirigentes pidieran una reacción rotunda entre los actuales dirigentes del PP. «Ponemos el dimisiómetro a cero. ¿Dimitirá alguien del PP tras demostrarse judicialmente su financiación ilegal? Evidentemente, no», escribió el presidente de CHA, José Luis Soro.

Y el coordinador general de IU, Álvaro Sanz, reclamó ampliar el foco de la sentencia. «Tenemos la cara B del disco: los corruptos. Ahora nos falta la cara A, la de los corruptores. ¿Quiénes son esos empresarios?», indicó en las redes sociales.