Rosa Borraz, la teniente de alcalde de Cultura y alcaldesa en funciones, estaba que no cabía en sí de alegría. A pie de plaza siguió con tensión el caótico recuento y estalló de felicidad al conocer el desenlace. "Es un gran día. Es el minuto cero del despegue de Zaragoza", consiguió decir en medio del estruendo de los fuegos artificiales. A su alrededor, todos saltaban de entusiasmo. Y de paso combatían el frío. Porque fue una tarde muy fría.

Y eso que a primera hora se disipó la niebla y salió el sol. Los más de 7.000 vasos de chocolate y los 8.000 vasos de vino que repartió EL PERIODICO DE ARAGON también ayudaron a calentar una espera que se prolongó más tiempo de lo esperado. La plaza del Pilar se fue llenando por goteo . Poco a poco. Aunque a la hora en que el chino Jianmin Wu se dejó ver en la pantalla gigante, el lleno era casi total. Fue una larga espera, con muchos nervios y también incertidumbre. Los peñistas dieron color a la casi hora y media que se demoró la decisión.

Premonición

Sobre las seis menos cuarto, alguien dijo: "Han comenzado las votaciones". Murmullo de expectación. "Falsa alarma". La voz del cantante Antonio Orozco volvió a inundar la plaza con su canción Devuélveme a la vida . Un título que bien pudo ser una premonición, porque minutos después el lugar se llenó de vida, de gritos de júbilo, de exclamaciones. "¡¡¡Hemos ganado!!!", gritó una mujer que intentaba, en medio del jolgorio, comunicar la alegre noticia por el móvil.

Otros inmortalizaban el momento con sus cámaras de los móviles. "Oé, oé, oé, oé, Zaragoza, oé, oé"!, cantaron un grupo de alumnos del Corona de Aragón, enfundados en sus monos azules. Otros lanzaban al aire los globos-salchicha de EL PERIODICO. Besos, abrazos, caras de satisfacción. "Espero que ahora estemos a la altura", deseó uno. Y otro le respondió: "Estoy convencido de que va a ser así. Si hemos llegado hasta aquí, estoy seguro de que lo haremos bien".

Alvaro, de 8 ocho años, subido en los hombros de su padre, reía sin parar y exhibía con orgullo la pequeña pancarta en la que había estado trabajando toda la tarde del miércoles con el lema ZH20 bien visible.

"¿Que por qué hemos ganado? Pues porque somos los mejores". La euforia se desbordó. Un grupo de niñas de tercero de Primaria del colegio Gloria Arenillas también se dejaba oír: "Illa, illa, illa, la Expo pa Ranillas". Y su profesor agregaba: "Están muy nerviosas". El también lo estaba.

Una emocionada mujer aseguró: "La Expo va a ser increíblemente buena para la ciudad. Generará puestos de trabajo, nos dará infraestructuras y será una bocanada de aire fresco". No dejaba de dar botes.

La de ayer fue una fecha histórica. Los que se acercaron a la plaza del Pilar eran conscientes de que eran testigos privilegiados de una jornada irrepetible. De lo que sin duda supondrá el relanzamiento decisivo de la capital aragonesa. Por eso, al abandonar la plaza, cansados, pero satisfechos, muchos sintieron seguramente el mismo palpitar nervioso que los barceloneses cuando la capital catalana fue elegida para albergar las Olimpiadas o los sevillanos, con la Exposición Universal.

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