«He venido para apoyar a la clase trabajadora y también a los sindicatos. Igual en los últimos años no han estado a la altura, pero si las organizaciones sindicales no tienen fuerza difícilmente podrán defender los derechos de los trabajadores. Además, quiero más recursos para la educación pública porque los recortes han hecho mucho daño».

«Los empresarios lo tienen muy fácil desde que se aprobó la última reforma laboral porque amenazando con el despido de 20 días consiguen muchas cosas. Los sindicatos han perdido fuerza en la negociación aunque también hay que reconocer que en ocasiones han sido poco combativos; sobre todo cuando se aprobó la reforma del 2012».

«El Estado debe poner más recursos para garantizar la prestación de los servicios sociales. Mi marido va en silla de ruedas; hace poco pedí la ayuda de una asistenta social y me dijeron que hay una lista de espera de un año».

«A mi edad es difícil encontrar trabajo porque competimos con jóvenes con más formación y que están dispuestos a cobrar un salario bajo. Creo que la protección social a los desempleados y a las personas que lo pasan mal para llegar a fin de mes debería funcionar mejor en este país».

«Trabajamos en el sector de la limpieza, así que sabemos lo que es la precariedad y los bajos salarios. Si no mejoran los sueldos en muchos sectores en unos años habrá pensionistas que no podrán llegar a fin de mes».

«Las empresas cada vez se aprovechan más del miedo que tiene la gente a perder el empleo. Eso hace que los trabajadores acepten condiciones impensables hace unos años. Esperamos que el nuevo Gobierno cambie algo las cosas, aunque al final en este país siempre mandan los que tienen el dinero. Ellos son los que mueven los hilos».

«La precariedad y los bajos salarios tendrán su reflejo luego en las pensiones, por eso hay que frenar esta deriva. Algunos políticos prometían en esta campaña bajar los impuestos, pero eso sería negativo porque hay muchos servicios, como en la ley de la dependencia, donde faltan recursos. La crisis la causó el capital y no tenemos que pagarla el resto».

«Si no salimos a la calle seguiremos perdiendo derechos. Yo lo veo en Opel, donde los nuevos entran con peores condiciones. Lo malo es que los jóvenes no están muy implicados y no quieren protestar».

«Lo único que nos queda es protestar. La precariedad y la temporalidad que hay en el mercado de trabajo no puede mantenerse durante mucho tiempo porque al final la gente estallará. El nuevo Gobierno debe derogar ya la reforma laboral del 2012 para recuperar derechos».

«Se habla mucho de que la crisis ha acabado pero no todo el mundo lo ha percibido. Yo tengo hijos jóvenes y sé que la precariedad campa a sus anchas. Ahora urge subir los salarios y blindar las pensiones».