En septiembre del 2013, cuando quedaban todavía tres meses para cerrar el ejercicio, Aragón sobrepasó el tope fijado por Hacienda, que era del 1,3%. Entonces, como ha sido una constante durante todo el año, el Ejecutivo indicó que se acabaría cumpliendo y que el dato no se ajustaba a la realidad. Solo un mes antes, se rozaba el 1%. Se justificó entonces en que la ejecución presupuestaria estaba muy avanzada y se habían asumido muchos pagos que en otros años se dejaban para el final. Había un desfase entre gastos e ingresos que se compensaría al cierre del último trimestre. "Tenemos confianza en poder cumplir con nuestros compromisos, como en ejercicios anteriores, y en ello trabajamos", indicaba entonces el consejero. Hace tan solo dos meses, en un consejo de Gobierno, el portavoz Roberto Bermúdez de Castro insistía en que "las cuentas se cuadrarían en el 1,3%" a la par que Saz, que ya entonces se mostraba más esquivo y hablaba con menos rotundidad, insistía en que "se está cumpliendo con el objetivo de racionalizar el gasto corriente". De hecho, se había recortado ya 25 millones en gasto superfluo.

La propia Rudi en varias declaraciones ha presumido del cumplimiento de Aragón, como hizo --al igual que el presidente del PAR, José Ángel Biel-- en junio durante la presentación del Plan Impulso. Un plan que, precisamente, se pudo crear gracias a que en el 2012 se consiguió el objetivo. El pasado mes de octubre, ante los empresarios, aseguraba: "Facilitar el proceso productivo de las empresas, no subir impuestos y cumplir con el déficit fortalecen a Aragón para salir de la crisis". Hasta hace un mes, esa era la línea que mantenía la presidenta. En un foro empresarial, en febrero de este año, indicaba: "Los ahorros y otras medidas de contención y eficiencia en el gasto, han permitido cumplir con los objetivos de déficit establecidos en 2012 y conforme esperamos, tras los ajustes de contabilidad Nacional, también en 2013".