El anunciado apoyo explícito de Jacques Chirac a la candidatura de Zaragoza para albergar la Expo 2008 se quedó sólo en un elogio del presidente francés hacia la capacidad de la capital aragonesa para organizar el evento. Para el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, esas palabras del mandatario francés sonaron a un del país vecino a la candidatura aragonesa, ya que advirtió que las normas estrictas de la Oficina Internacional de Exposiciones impiden desvelar públicamente su voto a los países miembros.

Una argumentación que choca, sin embargo, con la declaración de apoyo a la muestra que realizaron hace escasas semanas los países de la Cumbre Iberoamericana. El propio Juan Alberto Belloch, había vendido días atrás que esperaba un apoyo de Chirac a la muestra y ayer se lo reiteró en persona durante la visita que ambas delegaciones realizaron al Ayuntamiento de Zaragoza.

Antes de la firma en el Libro de Honor, el alcalde se dirigió al líder francés apelando a las relaciones históricas de esta ciudad con Francia, esperando el apoyo galo para la Expo 2008. "Quiero decirle que el presidente del Gobierno me ha hablado largamente y con insistencia de la Exposición de Zaragoza y le he dicho que no dudaba de la calidad de Zaragoza para albergar tal exposición y en particular, sobre un tema de vital importancia para el mañana como es el agua y, por lo tanto, seguimos con mucho interés este asunto. Todos mis votos de confianza para que así sea", respondió.

También el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, reiteró en su discurso "la petición de apoyo del Estado francés para nuestra candidatura". Y fue lo primero que José Luis Rodríguez Zapatero transmitió a Chirac en su encuentro bilateral, confesó el propio dirigente francés en la rueda de prensa posterior.

Es decir, Chirac sufrió un asedio político en toda regla para que respaldara públicamente la candidatura zaragozana de la Expo. El mismo bromeó al advertir que lo primero que hizo Zapatero al recibirle en Zaragoza, "incluso antes de mencionar los problemas bilaterales o internacionales", fue plantearle si iba a apoyar la candidatura. Una cuestión que, explicó, que le expuso igualmente Iglesias. "Y en el ayuntamiento, en el umbral de la puerta, el alcalde también me explicó todas las ventajas indiscutibles que había eligiendo la candidatura de Zaragoza y el programa previsto, que tiene el agua como elemento básico", añadió el presidente francés.

Sin embargo, Chirac no desveló la posición de Francia al respecto y dijo que no quería prejuzgar el resultado de la votación de la próxima semana en la que se elegirá a la ciudad que albergará la Exposición internacional de 2008. "Pero estoy plenamente convencido de la capacidad de Zaragoza para recibir esta Exposición".

En una rueda de prensa posterior, Iglesias aseguró sentirse "cada vez más optimista" ante la posibilidad de que Zaragoza logre ser candidata y se mostró "satisfecho" y "esperanzado" tras el encuentro mantenido con el país galo, un estado cuyo apoyo calificó de "determinante por el peso que tiene Francia".