La Universidad de Zaragoza ha adjudicado por fin el proyecto de rehabilitación integral del Paraninfo, un edificio emblemático de la institución académica que apenas se utiliza por el deterioro de sus antiguas instalaciones. El encargo ha recaido en el estudio de arquitectos Pemán y Franco, que ya elaboró un plan de recuperación hace algunos años y que ha dirigido las recientes obras de saneamiento acometidas en la cubierta y en los sótanos del histórico inmueble. El rectorado, ubicado ahora en el campus de San Francisco, se instalará en las renovadas dependencias de plaza Paraíso, que acogerán también actividades culturales y de representación.

El proyecto se licitó el pasado mes de marzo mediante concurso, y se adjudicó el 21 de julio por un importe de 660.229 euros (109,8 millones de pesetas), según publicó el BOE el pasado lunes. La obra que ahora proyectarán Pemán Y Franco aún no tiene presupuesto ni plazo, aunque la última cifra barajada asciende a 18 millones de euros.

De los 13.000 metros cuadrados que se reparten por la tres plantas del Paraninfo, ni siquiera está en uso una tercera parte. El edificio presenta una fachada digna y las distintas reformas de urgencia a las que ha sido sometido en los últimos años garantizan su estabilidad, pero la mayor parte de su superficie interior, cerrada desde hace 30 años, presenta un preocupante estado.

El detallado programa de rehabilitación que redactarán ahora Mariano Pemán y Luis Franco abarcará la totalidad del edificio, aunque la intervención en algunas estancias clave que se han conservado abiertas, como la antigua biblioteca que da a la Gran Vía --en la planta baja-- o el aula magna, donde se celebran las aperturas oficiales del curso y otros actos académicos de representación, respetará escrupulosamente su estado actual.

Además de estas dos estancias, la universidad utiliza habitualmente una sala donde se celebran las Junta de Gobierno, y en planta baja permanece instalada la colección naturalista Longinos Navas. La primera planta es la que suma un mayor espacio en situación de creciente deterioro, entre aulas y antiguos laboratorios que se utilizan como almacén, mientras que en una parte de la segunda está ocupada por los despachos del Consejo Económico y Social de la universidad.

Mención aparte merecen los sótanos,que hasta hace unos años estaban ocupados por el Instituto de Carboquímica del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En el 2002 se iniciaron las obras para reparar la cubierta y para drenar las humedades en esta zona baja, que ya han concluido, pero pese a este parche los sótanos precisan una actuación especial.

Según indicaron fuentes del despacho Pemán-Franco, la intervención que se propone en el Paraninfo respeta el espíritu y la filosofía del viejo edificio que construyó Ricardo Magdalena en 1893.

Siguiendo la idea que ya plantearon en un anteproyecto realizado en el 2000, la primera planta albergará los despachos del rectorado. En las grandes y luminosas salas que ahora funcionan como almacén y en las impresionantes y abandonas aulas semicirculares donde dieron clases eminencias como Santiago Ramón y Cajal se crearán espacios de exposiciones, congresos y otras actividades culturales.