Lo peor que le puede pasar a un ciudadano tras unos días de preoperatorio en un hospital es tener que preocuparse por el estado de las vías de la ciudad. Pero ocurre. Miguel Ángel Perdiguero, vicepresidente de la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza cuenta cómo un día, al recoger a un paciente recién operado de una fístula en un hospital de la capital aragonesa, este le pidió por favor que no cogiese ningún bache. "Iba a San José, al tramo final y es uno de los barrios que peor asfaltadas tiene las calles", explica el taxista.

Es tal el deterioro del asfalto en las calzadas de Zaragoza que todos los usuarios de la vía se quejan porque creen que la operación asfalto está tardando mucho en llegar, y eso que cada año se hace. Aunque saben que el presupuesto es ajustado piden una remodelación completa de algunas calles, no solo "parches" que con el tiempo vuelven a dejar la carretera como estaba.

Taxistas, conductores de autobús, peatones y ciclistas coinciden en que la avenida San José y varias calles del barrio son las más perjudicadas por la falta de mantenimiento. "No cuidar el asfalto afecta en gran medida a las averías que sufren los coches, sobre todo en las transmisiones. Si cada usuario hiciera una denuncia o un atestado cada vez que se revienta una rueda por esto, el ayuntamiento tomaría medidas", afirma Perdiguero.

Para los conductores de autobús es incluso peor. La degradación de la calzada además de producir averías en la amortiguación de los vehículos, también afecta a la salud de los conductores. "Sufrimos bajas por enfermedades musculoesqueléticas debido a las vibraciones que soportamos día a día", detalla Javier Anadón, presidente del comité de empresa de Autobuses Urbanos de Zaragoza. Además, los trabajadores reciben muchas quejas de los viajeros debido a los estruendos que generan los baches. "Los autobuses más antiguos son los que peor suspensión tienen y más lo sufren. Al final de la avenida San José o en las calles Melilla y Argentina es donde más se suceden los baches", subraya Anadón.

Seguridad ante todo

Los usuarios de las bicicletas en la ciudad reconocen que la operación asfalto es un asunto que les afecta cada vez más. Aunque la proliferación del carril bici por toda la ciudad apartó a estos usuarios de las vías, la nueva ley que prohíbe circular por las aceras les ha devuelto a la calzada. "Tenemos que adoptar velocidades más elevadas para integrarnos en el tráfico y hay determinados socavones que o los esquivas o te hacen volar", explica David Arribas, encargado de Recicleta. "Hay muchas caídas por este asunto y en donde el asfalto soporta más presión se debería hacer un reasfaltado".

Quizá sean los peatones lo que menos quejas puedan presentar acerca del asfaltado, pero desde la Federación de Barrios afirman que son conscientes de que hay denuncias por el deterioro y plantean que con la implantación de la segunda línea del tranvía se reduciría el tramo de calzada por lo que mantener los viales supondría menor inversión.