La Semana Santa se vuelca hoy con el Santo Entierro, germen del resto de las manifestaciones de la Pasión que en Zaragoza adquiere un interés especial. La procesión general es la única de toda España que reúne y recopila todos los misterios de la Pasión de Jesucristo, y constituye la mayor concentración de tambores de todo el país.

El Santo Entierro condensa a lo largo de seis horas el hondo sentir de un duelo que se marca a ritmo de tambor y en el que participan 15.000 cofrades de 23 hermandades, comandados por la de la Sangre de Cristo. Esta última saca hoy, por única vez, a su Cristo Yacente (popularmente conocido como La Cama ), un anónimo del siglo XVII del que se dice que estuvo postrado a los pies de la Virgen del Pilar durante la Guerra de la Independencia.

GRAN EXPECTACION Las calles de la capital aragonesa se volverán a abarrotar de público como ayer por tarde y por la noche en el Casco Histórico. Miles de personas ya ocupaban por la tarde las aceras para seguir de cerca los pasos de la docena de cofradías que salieron de los templos para recordar la muerte de Jesucristo.

Todas iban acompañadas de instrumentos y sólo una desfiló en silencio, con el sonido tenue de las cornetas: la cofradía de Nuestro Padres Jesús de la Agonía y de Nuestra Señora del Rosario en su Misterio Doloroso. La proceso del Silencio, de riguroso negro, fue muy seguida a lo largo de su recorrido, que se inició y concluyó en la iglesia de San Pablo después de recorrer el Casco Viejo.

Con la llegada de la noche, salió de la iglesia de Santiago la cofradía del Señor Atado a la Columna, compuesta por 400 miembros en la sección de instrumentos.

Todas ellas sirvieron de preludio a la explosión de sentimiento y expectación en la plaza del Justicia a la medianoche para seguir su recogimiento en la iglesia de Santa Isabel y la posterior salida de la Piedad. Esta cofradía liberó a un preso, que acompañó a la comitiva.

Este acto es uno de los centrales de la Semana Santa zaragozana, que cuenta con el atractivo del desfile del preso liberado y de su peana, el Santo Cristo del Refugio, una obra de Juan de Mesa, del siglo XVII.

OTROS PROTAGONISTAS La localidad zaragozana de Daroca revive hoy su abajamiento , que consiste en bajar de la Cruz a un Cristo Yacente. La imagen es custodiada por miembros de la Guardia Civil. También tienen gran fuerza las procesiones generales de Calatayud, donde discurre por empinadas callejuelas.

Los vecinos de Borja también mantienen desde 1746 la tradición del Entierro de Cristo, con sus alabarderos y un buen número de elementos simbólicos (desde los estandartes de Las cuatro partes del mundo a las tribus de Israel).

De gran sobriedad es el duelo oscense, cuya procesión cierra el Cristo del Perdón, una obra del siglo XVIII que causa gran devoción en esta capital.