La creación de "zonas 30", la instalación de pasos de peatones sobreelevados y de bandas rugosas, la implantación de semáforos con cronómetro o el desarrollo del modelo francés fueron algunas de las medidas que el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, sugirió ayer al Gobierno aragonés y a los ayuntamientos para afrontar la alta mortalidad.

García Vicente afirmó que no existen "soluciones mágicas" para la disminución de la siniestralidad, pero también indicó que países de nuestro entorno "están logrando avances muy significativos". "Francia --aseguró-- logró reducir del 2002 al 2003 un 20% el número de muertos en las carreteras y, gracias a ello, 1.500 personas siguen vivas".

El Gobierno francés ha optado por endurecer el sistema de sanciones, fortaleciendo las medidas de control con radares automáticos (se instalaron 450 en el 2003) y aumentando tanto las penas como el control sobre los nuevos conductores. Hacia este tipo de medidas sugirió encaminarse el Justicia de Aragón. Asimismo, García Vicente abogó por la creación de "zonas 30", calles limitadas a una velocidad de 30 kilómetros por hora como las zonas comerciales del centro de las ciudades, escolares y residenciales. En este sentido, explicó algunas diferencias reveladoras: "Para un peatón atropellado las posibilidades de morir son de un 50% si el vehículo circula a 50 kilómetros por hora y de un 10% si circula a 30".

El Justicia recomienda igualmente a los consistorios aragoneses realizar un estudio detallado de los pasos de peatones regulados por semáforo, con el fin de establecer tiempos de seguridad (esto es, más minutos de intermitencia) atendiendo a la anchura de la calzada. Como primer paso en la lucha contra la "violencia vial", García Vicente hizo un llamamiento a los alcaldes aragoneses para que se suscriban a la Carta Europea de la Seguridad Vial. "Debemos concienciarnos de que contra esto se puede luchar. No podemos aceptar una cosa que en principio es inaceptable".