A muchos no les sonará el término retail, o les sonará a chino, pero no es una palabra procedente del léxico asiático, sino de los Estados Unidos. Retail significa pequeño comercio, y el resto del titular, pues ya lo intuyen. La venta on line, entre otros elementos, se ha convertido en uno de los grandes peligros para los pequeños comercios de las localidades, y ha provocado que muchos cierren. También, por supuesto, la aparición de los grandes centros comerciales acelera esta situación, sumando así un factor más a la encrucijada.

En el centro de Zaragoza es habitual encontrarse con pequeños comercios, pero en los últimos años hay que añadir a esa sintagma un participio: pequeños comercios cerrados. Así es el caso, entre otros muchos más, de la juguetería Trenexpreso, que estaba ubicada en la avenida de Fernando el Católico (aunque esta cerró por jubilación), la tienda de la cadena de ropa de la marca británica Superdry, situada en Paseo de la Constitución, y también el caso de la joyería Pérez de Mezquia, que se podía localizar en la calle Don Jaime I. Además de zapaterías como Querol o algunas tiendas de Disney.

Los mencionados establecimientos cierran no solo por el auge y la influencia de la venta on line, o de tiendas como Amazon o AliExpress, en las que se puede acceder a todo tipo de productos.

EL EPICENTRO

Cuando se habla de tiendas cerradas en Zaragoza, a cualquier vecino se le viene en mente el centro comercial Augusta. En su día, el epicentro de las ventas comerciales en la capital aragonesa, eclipsado con el paso del tiempo por otros grandes centros comerciales como Plaza (también ha reducido su actividad), Intu Puerto Venecia, y ahora también el de GranCasa, en el Actur zaragozano.

La afluencia de clientes se ha reducido en gran cantidad, y los que acuden a este centro, lo hacen para comprar en el Carrefour. «Los peores meses son febrero, agosto y noviembre, aunque a finales de agosto suele venir más gente por la vuelta al cole», manifestó la comerciante de la tienda de ropa infantil Mayoral. Además, añadió que pasa muy poca gente y que cuando se tiene todo hecho «te aburres». Continuó: «Con el cierre de los cines, el McDonald’s y la planta de arriba, empezó el caos», y también afirmó que tuvo mucha influencia la llegada de los «monstruos de Plaza y Puerto Venecia».

LAS VENTAS 'ON LINE'

«Las ventas on line afectan totalmente. Este año las navidades han sido de pena», expresó María, empleada de la joyería Martin’s. Asimismo, señaló que la situación de falta de clientes se estaba notando más este año y que de normal en su tienda venden, y más sus productos, «el oro quizás menos», pero últimamente, «la plata que se vendía, ahora cuesta un montón», subrayó María.

Además, la empleada de esta joyería que lleva muchos años en el Augusta lamentó que la situación se estaba notando «cada día más» y que como siga así el centro comercial «no podremos estar porque esto no da».

La ropa siempre es uno de los productos más demandados en estos grandes recintos, pero también se trata de una de las necesidades que los clientes pueden satisfacer a través de Internet, o bien en la propia tienda online de la cadena, o bien en las tiendas que se mencionaban anteriormente.

Y ahora, en el Augusta, estas tiendas son limitadas: «La gente pregunta por tiendas de ropa y, por ejemplo, para mujeres mayores no hay. Solo quedan para más jóvenes», remarcó María.