Javier Campoy será el tercer consejero de Hacienda de este Gobierno. El primero fue Mario Garcés, que sentó las bases de un departamento clave en el organigrama de Rudi. Su marcha obligó a la presidenta a realizar su primera crisis de Gobierno. Entonces llegó José Luis Saz, que hasta entonces había ocupado uno de los tres cargos directivos de la Cámara de Cuentas. Precisamente fue propuesto por el Partido Popular para el puesto. Con Saz, Rudi optó por un perfil eminentemente técnico, alejado de las estridencias y polémicas que generaba Garcés en cada una de sus intervenciones. Al elegir a Campoy se opta por alguien del aparato, capaz de defenderse en el Parlamento y sobre todo con peso político para negociar la financiación.