La Unión de Agricultores y Ganaderos (UAGA) denunció el bajo precio constante en el sector de la fruta y la situación que están generando los mercados. El secretario de la organización, José María Alcubierre, manifestó ayer la preocupación existente ante la situación «crítica» que se está viviendo por el incremento de los precios de las frutas y hortalizas en los lineales y el precio «ridículo» que reciben los fruticultores que no llega ni para la recolección, debido a que se vende «a 0,25 céntimos o menos»

El año pasado Aragón produjo 526.176 toneladas, frente a las 491.876 de Cataluña, que era líder de este sector. A pesar de que la comunidad se afianzó entonces como el mayor productor de fruta de hueso del país, los precios a los que venden el producto los agricultores no permite realizar un negocio rentable, por lo que UAGA no descartó llevar a cabo movilizaciones si continuaba esta situación.

El responsable de fruta de la zona de Calatayud, Alberto Ortego, aseguró llevar «cuatro años» con unas condiciones meteorológicas que no acompañan a un buen desarrollo de la producción. «Ahora nos encontramos con que el agricultor que ha podido defender y sacar una pequeña partida de fruta, se encuentra con el espaldarazo de la comercialización», sentenció Ortego.

REALIDAD

No solo se denunció el bajo precio de la fruta, sino también de la ignorancia de este a la hora de comercializar. Según explicó Ortego, los agricultores reciben aumentos en el precio en todos los ámbitos pero sufren situaciones en las que nunca saben la cuantía final debido a que la mayoría de las veces, las frutas se meten en almacenes bajo la promesa de la venta.

«Nos encontramos con precios bajos, con que no tenemos referencia sobre qué ingresos vamos a generar y que, además, llegamos al lineal del supermercado y vemos unas grandes diferencias de precios», señaló. Una de las posibles situaciones es una comercialización propia pero, explicaron, el problema seguía siendo el mismo debido a que, aunque los agricultores comercialicen su propia fruta, tienen que negociar con el responsable de compras de las grandes superficies, que marcan un precio con el que no se puede «obtener rentabilidad» y además indican cuántos kilos y en qué momento, mientras que descuentan al final de semana el precio de la cantidad sobrante. Algo «inviable» para Alcubierre.

Los tres responsables hicieron hincapié en la importancia de no dejar desaparecer la figura del «pequeño comerciante frutero de barrio», que es el que aprecia el producto y le da valor añadido.

Similar postura manifestó el secretario general de UPA en Aragón, José Manuel Roche, quien aseveró que «han desaparecido miles de explotaciones, sobre todo pequeñas, porque no han podido soportar esta situación». También denunció los «precios irrisorios» que cobran por la fruta, «por debajo de los costes de producción». Roche subrayó que se debe buscar «una solución al sector» y también mostró la disposición de su sindicato a movilizarse por esta causa.