-¿Qué es lo primero que va a hacer como alcalde?

-Hay que hacer muchas cosas, pero posiblemente mañana empecemos a trabajar en la reforma de La Romareda porque las legislaturas pasan volando y antes de que te des cuenta han pasado los cuatro años y no has empezado a hacer proyectos importantes. Este uno de los que históricamente más problemas ha tenido y que muchos equipos de Gobierno han intentado y no han conseguido.

-¿Cómo se pagará?

-Con colaboración público-privada. Es evidente que no solo tendremos que poner en valor aprovechamientos urbanísticos, sino que también vamos a pedir colaboración a las distintas Administraciones. La DGA y Real Zaragoza se tienen que implicar. Está claro que la reforma no se puede pagar con partidas presupuestarias, ni con los impuestos de los zaragozanos.

-¿Para la gente es prioritario?

-A día de hoy los campos de fútbol son equipamientos importantísimos en todas las ciudades europeas. En la sociedad en la que vivimos, un estadio tiene otros muchos usos y posibilidades además de la jugar que benefician al sector hotelero y cultural.

-El PP paralizó su reforma...

-Lo que pasó fue que un juez dijo que el proyecto no se podía hacer, fundamentalmente por el planeamiento y el planteamiento económico. Lo que nosotros propondremos cumplirá con la legalidad escrupulosamente y, por tanto, no lo parará ningún juez.

-Lo que está claro es que sí parará la línea 2 del tranvía.

-Creo que la ciudad más endeudada de España no tiene capacidad económica para pagar otra línea. Además, la demanda no se parece a la de la primera. Y hay otra razón fundamental, que el futuro pasa por los autobuses eléctricos, por los que están apostando la mayor parte de las ciudades europeas. Son igual de sostenibles, de respetuosos con el medio ambiente y muchísimo más baratos en combustible y mantenimiento. Son más caros cuando los compras pero a lo largo de su vida útil se acaba ahorrando.

-¿Se reforzará la red de buses?

-Hay que mejorarla porque es el transporte público que más utilizan los zaragozanos, por lo que los esfuerzos de inversión tienen que estar centrados en ellos.

-¿Cambiará la imagen de la ciudad radicalmente con macroproyectos como el de Torre Village?

-Vamos a estar abiertos a que haya inversiones, grandes, pequeñas y medianas. Que se genere actividad económica significa que se crea empleo, bienestar e impuestos que son con lo que se pagan los servicios públicos.

-¿Revisará el Plan General de Ordenación Urbana?

-Vamos a crear un grupo de trabajo para estudiar cómo modificarlo y que sea más flexible para que se puedan plantear proyectos emblemáticos y con arquitecturas más vanguardistas. El actual es, en determinadas cuestiones, excesivamente rígido.

-¿Habrá presupuesto este año?

-Antes tenemos que hacer una auditoría de gestión y valorar si en el tiempo que queda para acabar el año nos interesa hacer modificaciones de crédito o aprobar un proyecto presupuestario porque las cuentas del 2020 hay que empezar a hacerlas en septiembre. Hay que estudiar los proyectos que están incluidos en el de este año, si están finalizados, si se pueden licitar y si se pueden ejecutar.

-Necesitaría el apoyo de Vox. Sus votos son imprescindibles para cualquier decisión del Gobierno y están enfrentados con Cs.

-Espero que haya diálogo y voluntad de construir.

-¿Van a entrar en el Gobierno?

-No hay un acuerdo sobre su entrada, solo para la investidura. Vox va a gestionar juntas de distrito que en otras ciudades son parte del Gobierno y toman decisiones que afectan a los vecinos.

-Pero en Zaragoza todos los grupos, hasta la oposición, dirigen juntas. ¿Les ha metido un gol?

-No. Ni es un regalo ni goles. Se ha acordado y lo cumpliremos.

-¿Se descarta la posibilidad?

-Es que es un acuerdo de política nacional entre Cs y Vox. Cs ha decidido que no participa en gobiernos en los que esté Vox y Vox que en determinadas comunidades autónomas quiere entrar y en otras no, como en Aragón. Por lo tanto, es una decisión que depende de las direcciones nacionales.

-Entre Vox y Cs no hay muy buena relación. ¿Puede hacer tambalear a su Gobierno?

-Todas las nuevas situaciones políticas tienen que escribirse. Espero que al final las relaciones sean normales. Nos tenemos que preocupar más en los problemas reales de la ciudad que en los intereses políticos y partidistas.

-¿Es un acuerdo frágil?

-Trabajaremos por que sea un acuerdo fuerte. Tenemos la experiencia de lo que es un Gobierno a tortas, que es lo que han sido estos cuatro años con ZeC. Voy a intentar llegar a acuerdos con todas las fuerzas y seguir el ejemplo de José Atarés, que logró modificar el Plan General de Ordenación Urbana con el apoyo de todos. Esto significa que todos tienen que ceder porque si no, es evidente que será imposible.

-¿En qué ha cedido usted para su acuerdo con Cs y Vox?

-Tengo la sensación de no haber cedido en nada y creo que Cs tampoco. Seguro que tenemos que hacerlo durante los próximos cuatro años.

-¿Cómo le gustaría que le recordasen como alcalde?

-Como un alcalde que se preocupa por los problemas reales de los ciudadanos, por mejorar su calidad de vida y por convertir a Zaragoza en una ciudad atractiva para la creación de empleo.

-Después de 16 en los que el PP no ha estado en la alcaldía, ¿es un éxito a pesar de haber perdido votos en Zaragoza y Aragón?

-La Alcaldía de Zaragoza es un cambio importante en el panorama político. Es la única gran ciudad de España que llevaba 16 años gobernada por la izquierda y ahora hay un gobierno de centro-derecha en un momento en el que la ola política es socialista. Además de luchar contra la historia política de la ciudad, también hemos tenido que hacerlo en un momento en el que el PSOE se encuentra más fuerte.

-Pero gracias a la ultraderecha.

-No me gusta poner etiquetas ni a unos ni a otros.

-Sí pone la de «centro-derecha».

-Vamos a desterrar las etiquetas y dar un voto de confianza.

-El PP en su día defendió que tenía que gobernar la lista más votada, que no es el caso.

Sí, y presentó una modificación de la Ley Electoral que fue rechazada por la izquierda y entonces dijimos que esas eran las reglas del juego. El PP pasó a la oposición con 15 concejales.

-Hace meses decía que si tenía que gobernar con la extrema derecha, lo haría.

-Yo nunca he hablado de extrema derecha, a Vox lo he llamado Vox. Pero es que a Podemos tampoco lo he llamado extrema izquierda. En el ayuntamiento hemos tenido a concejales como Cubero, Híjar o Rivarés y no son más extremistas que Julio Calvo.

-¿Cree que el rechazo de Cs a Vox es cuestión de prejuicios?

-Eso lo tiene que contestar Cs. De lo que me voy a preocupar es de que haya decisiones que cuenten con el mayor consenso posible. He sido elegido con 16 concejales e intentaremos que lo que proponga el Gobierno, como mínimo, cuenten con estos 16 concejales, pero ojalá sean más.

-¿Volveremos a ver al alcalde en procesiones?

-Jorge Azcón cuando era concejal del PP asistía y ahora como alcalde no va a dejar de hacerlo.

-¿Esta situación en Zaragoza puede dar un giro en la negociación a nivel autonómico?

-Confío en que el PAR reflexione. Todavía puede plantearse adónde le lleva un camino en el que va a tener que depender de Podemos para tomar sus decisiones. Es difícil de conjugar ese Gobierno con el PSOE. Es tan difícil que siendo uno del PSOE y CHA, sin el PAR, Aragón hoy no tiene presupuesto. Si a eso le unes las diferencias ideológicas que aportaría un consejero del PAR, tendrán más problemas que otra cosa. Todavía puede reflexionar porque no serían buenas otras elecciones.

-Y qué le beneficia más, ¿un Gobierno del PP o del PSOE?

-Sin ningún género de dudas que Luis María Beamonte (PP) sea presidente. Lo que pasa es que el alcalde de Zaragoza tiene la obligación de entenderse con el que elijan las Cortes y vamos a intentar que esas relaciones sean lo más institucionales posibles.

-¿Aragón tiene que pagar 39 millones a Zaragoza?

-Vamos a defender que nos paguen el tranvía porque es un compromiso financiero en firme. Fernando Gimeno (consejero de Hacienda) lo exigió cuando era concejal y lo negó cuando pasó a la DGA. Lo que no nos ha pagado, lo hemos puesto los zaragozanos de nuestro bolsillo. Y no solo eso, creo que lo que aporta a través de la Ley de Capitalidad es muy poco y hay que revisarlo. Hoy la DGA no está haciendo justicia con Zaragoza. En los últimos cuatro años su presupuesto se ha incrementado en 1.300 millones y solo nos han venido ocho.

-¿Qué hará con el Luis Buñuel?

Lo que hemos dicho siempre. Tiene que ser un centro cívico para todo el Casco Viejo.

-¿Y la antigua cárcel de Torrero?

-No vamos a permitir que haya equipamientos municipales okupados. Si no se van tendremos que aplicar lo que diga la ley.

-¿Habrá más iluminación navideña?

Sin ningún género de dudas. No nos gastaremos un millón de euros como Vigo, pero vamos a mejorarla sí o sí.

-¿Algo nuevo para el Pilar?

-Intentaremos que tenga mucha mayor capacidad de atracción de la que ya tiene.