Si no existiera Ruiz-Gallardón, habría que inventarlo. Mi señora, que le tiene paquete, me reñirá nada más leer la primera línea, pero asumo el riesgo. Me pasa con él como con Pasqual Maragall, que la gente los toma por tipos excéntricos pero yo los encuentro originales y, en esta política de profesionales cortados por el mismo patrón, da gozo encontrarse con un raro. Y he dicho que la gente los toma por excéntricos, pero no debe ser verdad porque los madrileños votan a RG y las encuestas dicen que los catalanes piensan llevar a PM a la Generalitat. Algo tiene el agua cuando la bendicen...

Atarés se mesa los cabellos ante una subida de impuestos de andar por casa mientras clama por la ortodoxia económica aznarita, y me pregunto cómo demonios habrá convencido don Alberto a la consorte de Aznar para que dé el visto bueno a su plan de grandes empeños y mayores subidas. No quiero hacer suposiciones perversas, pero RG es todo un seductor (en política, claro). Hay un axioma: llevarle la contraria al jefe es un arte y, en el PP, casi un milagro.

Que Rato se ha puesto de patas... hombre, es que no es para menos. Ocho años haciendo de contable y jurando que eso es la Biblia, y llega uno diciendo que la Política existe. Y del mismo equipo porque, si lo llega a decir Zapatero ya sabemos la receta. Irresponsable, incoherente, insolvente, etcétera. Preguntas para la semana próxima: ¿los magnates del ladrillo prefieren en el Gobierno contables o políticos?.

¿Y usted?

*Periodista