Pasito a paso van cimentando su futuro real. Una vez "pedida", ya es doña, cual si antes no lo fuere (¡en pie, doñas de la tierra!). De armas tomar, ha ido fijando posiciones y talante, ese Larra como paradigma más que significativo. Allá por junio, cuando sellen amor y deber (sentimiento y razón al más puro estilo de las tragedias clásicas de corte histórico), es posible que la sociedad española esté dando un paso adelante en el camino hacia la razón pura: todos nacemos por idéntico lugar y todos acabamos hechos polvo eterno, la nada. Nimbados por la modernidad, las lecturas y un cierto desprecio al oropel, el futuro matrimonio debería comenzar a demostrar su voluntad de cambio dando instrucciones para que ninguna institución de las múltiples que existen en España, les envíe regalo alguno (dinero de todos los españoles) y que, en su caso, lo materialicen como donativos a ONGs varias. Con los obsequios de sus allegados tienen más que suficiente, como cualquier otra pareja en similar circunstancia. Ah, y que los fastos sean pagados por los particulares bolsillos de los padrinos, más el que más tenga. Obras son amores y no buenas razones.

*Profesor de Universidad