Luego dirán que en España no se ama el saber al más alto nivel. Pues quien tal diga, yerra. Si no, véase el restringido aparcamiento del campus universitario de la Plaza San Francisco donde a las diez de la noche no cabe un alma automovilística, prueba fehaciente de que alumnos, profesores y todo tipo de personal hacen cumplidas horas extraordinarias porque conservan allí sus vehículos, que, a veces, no se recogen incluso en toda la noche. Eso indica que el personal o pasa la noche en vela estudiosa o duerme allí. Claro que otra posibilidad es que esos coches que llenan el campus no sean universitarios, pero esto no puede ser porque los vehículos no universitarios tienen vedado el acceso al recinto y prohibida la circulación. Tal dedicación tiene consecuencias enojosas, pero que hay que admitir de buen grado, ya que se debe al amor por la cultura y por la ciencia. La peor de todas es que cuando los universitarios que duermen en sus casas llegan a su trabajo a tempranas horas de la mañana encuentran todo ya ocupado. La solución sería el transporte público. Pero de noche funciona peor. En materia de aparcamientos, por lo visto, el saber sí que ocupa lugar.

*Profesor de Universidad