Introducir a un adolescente en la lectura en un mundo que, como dice Ignacio Ramonet, profesor de la Universidad Denis-Diderot de París, esta dominado por la " golosina visual", es una loable y ardua labor. En este caso el esfuerzo corresponde a los profesores implicados en el programa "Invitación a la Lectura", iniciativa del Gobierno de Aragón que cuenta con el apoyo de Caja Inmaculada y que permitirá que más de 10.000 alumnos de 90 institutos de todo Aragón hablen y debatan con 50 escritores, la mitad de ellos aragoneses. El que unos chavales de secundaria puedan conocer y hablar con Javier Reverte, Antonio Muñoz Molina, Rosa Regás, Mariano Gistaín o Juan Bolea; el que oigan, de primera mano, cómo vivieron la guerra de Irak, periodistas de la talla de Mercedes Gallego o Enrique Serveto contribuirá, sin duda alguna, a su formación y desarrollo como seres humanos y les dará la oportunidad de elegir entre un libro y prácticas mucho menos saludables. Los hará mejores y más libres. Por eso querría desde aquí aplaudir un programa que, bajo la coordinación del escritor y crítico literario Ramón Acín, cumple este año su mayoría de edad: 18 años empeñados en despertar en los jóvenes el amor a la lectura. Mi padre me enseño que un libro es como un buen amigo, al que siempre hay que tener cerca y esa filosofía es la que se ha vivido en mi familia. Por experiencia sé que si mis hijos no se conocieran de memoria las historias de Astérix y Obélix, que previamente habían "devorado" sus padres, hoy no serían unos lectores empedernidos.

*Periodista