De forma periódica, sin que se sepan bien las causas, los piojos se dejan ver por los colegios y campan a sus anchas entre los escolares. Estos bichitos, antaño relacionados con la falta de higiene, han encontrado su hábitat perfecto en los saneados cueros cabelludos de los chicos, donde se reproducen pese a las extremas medidas de limpieza. La consejera de Educación tampoco se ha librado del problema, y como es endémico lo resolvió de manera práctica: compró un kit antipiojos y se empleó a fondo en la melenita de su hija. Fueron vistos y no vistos.