La candidatura de Zaragoza para la Expo 2008 ha recibido una dosis adecuada de estima tras el brillante trabajo realizado esta semana ante representantes de 56 países reunidos en la capital aragonesa. Las jornadas sobre Agua y desarrollo sostenible culminaron ayer con un acto celebrado en el edificio Pignatelli en el que quedó claro que la apuesta de Zaragoza para organizar el evento es seria, dimensionada y, lo que es más importante, nace con vocación de permanencia, al plantear una acutuación medioambiental y urbanística perdurable. Aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, muy pronto, y quedan deberes por hacer, pero la sensación tras la realización de estas jornadas es positiva. Una vez superada la puesta en escena, hay que volcarse para conseguir más proyección exterior desde la diplomacia española, es necesario concretar las inversiones propias de la Expo y las complementarias y, sobre todo, ha llegado la hora de ilusionar con el proyecto no sólo a los zaragozanos sino al conjunto del país. Sólo así se logrará el plácet del Bureau International des Expositions, organismo que concede la organización de estos eventos y cuyos delegados vuelven a casa con la certeza de que la candidatura aragonesa es muy solvente.