Berlusconi ha susurrado su patético "no nos moverán" ante las bajas que ha causado a los ocupantes italianos la Resistencia Iraquí. Lo que no le ha salido ha sido la suficiente voz para poder contestar a la pregunta de los comunistas: "¿En nombre de qué han muerto los soldados italianos?". Desde luego no ha podido decir que estaban allí para levantar las armas de destrucción masiva que sirvieron de pretexto para desencadenar las operaciones de la guerra ilegal que ha asolado Mesopotamia y de la que tardarán en olvidarse los iraquíes patriotas y decentes. Las lágrimas de cocodrilo de los neofascistas italianos son un antecedente que deben comenzar a ensayar los neofascistas españoles para cuando les toque, si no se apresuran a traer de vuelta a casa a nuestros soldados. Si los bravos generales quieren quedarse a vigilar a los ladrones de coches, que se queden. Para eso ganan lo que ganan. Pero a la tropa que la traigan antes de que más viudas y más huérfanos tengan que recordarnos que en Iraq al pueblo español no se le ha perdido nada. A los italianos les han pelado algunas barbas. No sería torpe actitud ir remojando las nuestras con un prudente mutis.

*Profesor de Universidad