Me han regalado una botella de vino de la tierra nuestra, vino rojo intenso del campo de Cariñena, una botella de vino de Aguarón que beberé en buena compañía y que antes habré descorchado con pulso firme y decidido y no sin respeto casi ritual, pues resulta que la susodicha botella lleva pegada en su lomo una fotografía memorable, una instantánea del equipo de fútbol del Real Zaragoza (el histórico de los años sesenta del siglo pasado) tomada en el estadio Santiago Bernabéu en la primera final copera allí ganada por los Magníficos Yarza, Cortizo, Santamaría, Reija, Isasi, Pepín, Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra (luego llegarían Irusquieta, Pais y Violeta, tan magníficos como los de la foto), fotografía en blanco y negro con denominación de origen, así era entonces el Real Zaragoza, un equipo con denominación de origen y a la altura de los mejores del momento, un equipo de seda, mágico, de recios y profundos aromas como nuestros vinos, pueblos y campos, campos vestidos de viñas, pueblos con olor a vino derramado y sabor a vida intensa y fútbol (por cierto: ¿qué hay de la Nueva Romareda?).

*Doctor en Medicina y radiólogo