Nos llegaba, hace algunas fechas, la grata noticia de que uno de los profesores del departamento de Filosofía de la Universidad de Zaragoza (equipo doctoral que tiene, por cierto, un gran nivel), Daniel Innerarity, obtenía el Premio Nacional de Ensayo. Una de sus obras -La trasformación de la política -, antes reconocida con el premio Miguel de Unamuno , se alzaba con este preciado galardón. La excelente noticia colmó de satisfacción al colectivo de escritores, y por supuesto al número creciente de lectores del prolífico e interesante ensayista. Autor, entre otros trabajos, de Praxis e intersubjetividad , Dialéctica de la modernidad , Hegel y el romanticismo , La filosofía como una de las bellas artes , etc .

Una de las características fundamentales de este pensador reside en su capacidad de filosofar sobre cuestiones de actualidad, sobre temas cotidianos, adheridos a la cambiante piel de nuestra sociedad. Así, en La transformación de la política , obra, al mismo tiempo, asequible y profunda, Innerarity aborda el papel de la política en los días que nos toca vivir. Nunca, fiel a su estilo, de una manera maximalista, rotunda, sino aproximada y sutil, analizando los temas capitales con un estrategia que arranca en la periferia del fenómeno, para dirigirse razonadamente hacia su núcleo.

El autor defiende y justifica en todo momento la necesidad de la acción política. Para resaltar la dificultad de la acción de gobierno cita una máxima de Freud: "Hay tres profesiones imposibles: educar, curar y gobernar". Pero no por ello deja de reparar en que un cierto desprestigio viene oscureciendo la gestión pública. A su juicio, el descrédito de la política se enraiza, como primera causa, en la distancia que media entre las palabras y los hechos. "Nunca la política fue tan impotente", escribe, insistiendo en que casi todos los motivos de desprecio hacia la actividad gubernamental "suelen radicar en la quiebra de una expectativa desmesurada".

Esa actitud del hombre político (que sólo ve votantes, ironiza el autor), ese loco frenesí de promesas, a menudo incumplidas, guarda relación con un fenómeno que Innerarity ha definido como "grahermanismo ideológico". Política en directo, ideología de la inmediatez, influjo de la televisión, espectáculo, show . Al filósofo, los políticos le recuerdan a aquellos varones de ciertas tribus del Pacífico que practicaban la covada: mientras sus mujeres parían en el interior de las chozas, ellos aullaban y se retorcían en el exterior, a la vista de todos, como si la función del parto, exclusiva de las mujeres, les estuviera sacralmente atribuida.

Las mayorías absolutas son también motivo de análisis. Innerarity parte de la base de que el hecho de tener razón no depende de detentar mayoría alguna. "Existe incluso una estupidez típica de la mayoría que consiste en querer tener, además de la mayoría, la razón", comenta.

El filósofo se ocupa asimismo del concepto de omisión como acción voluntaria (Wittgenstein). "La indecisión -apostilla- es una mala decisión". Y añade, certeramente: "Al político se le puede perdonar casi todo, menos la falta de valor y el miedo al ridículo".

*Escritor y periodista