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EL ESCOTOMA ESCOCIDO

Francisco Camps, el presidente valenciano, padece un raro síndrome que le impide ver claramente la realidad medioambiental que le rodea

Escotoma es un término oftalmológico, definidor de varias lesiones oculares que provocan manchas oscuras o brillantes, entorpeciendo la correcta visión. Polisémicamente, el tecnicismo se utiliza también para englobar aquellas fijaciones mentales, deformaciones profesionales o tics que nos impiden percibir otras realidades más claras, pese a encontrarse al alcance de nuestros sentidos.

Dan Brown, en su último y exitoso best-seller, El código Da Vinci , utiliza constantemente este fenómeno para reforzar la tensión de su intriga literaria. La solución a los acertijos que va proponiendo la trama está siempre a la vista de sus héroes, pero éstos, cegados por ideas preconcebidas, no son capaces de desentrañarlos hasta que la "mancha" desaparece de su campo de visión.

Algo así, un escotoma, un tic, una mancha parece haberse instalado en la capacidad analítica del presidente valenciano, Francisco Camps, cuya lucidez, en materia de aguas, brilla por su ausencia.

Porque el sucesor de Zaplana al frente del eje levantino, tras atender el claro análisis con que la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström, dio largas a la financiación del trasvase del Ebro, en vez de abandonar contrito el cónclave, salió emocionado de la reunión, clamando a los cuatro vientos que el Plan Hidrológico Nacional, según Wallström, cuenta con todos los avales posibles, con la bendición de Europa, de alemanes y franceses, y es oportuno, y técnicamente viable, ecológicamente irreprochable, justo, necesario, urgente y vital para la patria.

Menos eufórico, con menos escotoma y más escocimiento, abandonó el foro del Wall Street Journal , donde peroraba Wallström, el presidente murciano, y gran amigo de Aragón, Ramón Luis Valcárcel. El Pimentolari , no viéndoselas todas consigo, se felicitó con la boca pequeña por el hecho de que el conflicto del agua no vaya a enturbiar las elecciones de marzo. Tampoco, al paso que va la congelada tramitación, enturbiará las europeas de junio, y ojalá no llegue a enzurizar ningún futuro comicio.

Más corrida aún debió salir de la reunión la ministra Elvira, cuyo escotoma es grande, y cuyas torticeras maniobras en la oscuridad de las licitaciones del Boletín Oficial quedaron en evidencia ante la opinión pública. Ahora, la titular de Medio Ambiente tendrá que explicar cómo piensa financiar la tubería sin euros de Bruselas.

Marcelino Iglesias, en cambio, que en este síndrome no ha generado escotoma, y representaba la postura de Aragón, esto es, la razón, el buen juicio y la nueva cultura del agua, pudo hacer un balance positivo de la primera comparecencia de Wallström en tierras españolas. La resistencia de los organismos comunitarios a implicarse financieramente en el expolio del Ebro avala las tesis de la DGA, y, por extensión, del pueblo aragonés, suponiendo un balón de oxígeno para afrontar nuevos episodios de la lucha.

Una comisaria europea no puede ofender a un país miembro. Su negativa debe ser diplomática, dilatoria. Y así, europeo y fino, fue el "no" de la señora Wallström.

*Escritor y periodista

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