Hace poco más de una semana, nos desayunábamos con la noticia de que "tropas aragonesas volverán a Afganistán" y mi amigo Angel se preguntó enseguida si la importancia de la noticia estriba en tropas o en aragonesas o en Afganistán. A los cuatro días, se notificaba que el ministro Bono iba a enviar definitivamente tropas andaluzas, por lo que Angel descubrió finalmente que la relevancia real de la noticia radica en el reenvío de tropas, muy por encima de la procedencia regional de las mismas o de su destino concreto.

Desde hace años están pretendiendo presentarnos a las Fuerzas Armadas como una ONG uniformada de primer orden, de tal modo que los fusiles y los blindados aparecen como simples adornos identificadores de la ONG. A las pocas semanas de su estancia en Irak, un soldado declaraba en un periódico que estaba la mar de contento y satisfecho porque habían estado pintando la escuela del pueblo, por lo que algún que otro ciudadano español se quedaría pensando en la suerte que habían tenido los niños iraquíes al ser bombardeados e invadidos, pues al poco tiempo tenían recién pintadas las paredes de la escuela que se habían mantenido en pie.

En realidad, resulta cada vez más enigmático por qué, en lugar de tropas, no instituyen y envían otras ONGs más prácticas y utilitarias; por ejemplo, puestos a pintar paredes escolares, Brochas Unidas o Albañiles Sin Fronteras. Nuestros gobernantes pretenden vendernos la moto de que las tropas van fundamentalmente a prestar "ayuda en la reconstrucción de infraestructuras", pero, de ser así, mi amigo Angel insiste en que los que tendrían que ir son grupos como Paletas Mundi o Asfaltadores Unidos de Carreteras.

DE MOMENTO, lo mejor que podrían hacer las tropas del mundo es no armar más desaguisados: sus jefes detectan un peligro mundial en algún lugar (económicamente interesante) del planeta, arrasan con sus bombas el país en cuestión una noche medio anunciada y con las imágenes verduscas de la CNN, proclaman que todo ello lo perpetran en nombre de la libertad, de la paz y de la lucha contra el terrorismo internacional, y a renglón seguido no dejan títere con cabeza hasta colocar a sus correspondientes títeres en el aparente poder del país invadido. Total, que (piénsese en Afganistán o en Irak, los dos últimos países atacados e invadidos) las cosas quedan peor que antes, el país carece de presente y de futuro y están asegurados los recursos económicos codiciados por los poderosos. Algunas tropas garantizan manu militari que cualquier oposición o disidencia (denominadas ipso facto terrorismo) tendrán su merecido. Otras, que las paredes de unas cuantas escuelas quedarán pintadas.

Nuestros gobernantes alardean a veces de estar en sintonía con las opiniones y la sensibilidad del pueblo. Pues bien, mi amigo Angel, afecto a las estadísticas y los números, no para de preguntarse qué ocurriría si se hiciese una encuesta en condiciones o se celebrase un referéndum sobre el envío de tropas a zonas de conflicto, más cuando se está en gran desacuerdo en cómo se ha desatado, afrontado y supuestamente resuelto el conflicto de turno.

NOS CONSTA a todos que la gran mayoría de la ciudadanía ha estado frontalmente en contra de la guerra de Irak, se ha sentido conmovida por el accidente del Yak-42 (e indignada por las posteriores chapuzas y trapicheos de Trillo y adláteres) y se ha sentido aliviada por la vuelta de los soldados españoles de Irak sin tener que lamentar bajas. ¿Consultarán nuestros gobernantes a esa misma ciudadanía qué les parece el nuevo envío de tropas (aragonesas, andaluzas o taustanas) a Afganistán? ¿Es que allí o en cualquier otro país invadido en los últimos años hay más democracia, mayor bienestar y desarrollo, más escuelas y hospitales, mejores infraestructuras, más libertades, mayor garantía de la existencia y el fomento de los derechos humanos? De ser enviadas, tendrán como máxima aspiración cotidiana (tal como ha venido ocurriendo en Irak) librarse de las emboscadas y salir indemnes de los ataques de la población autóctona? ¿Qué estarán defendiendo? ¿Qué estarán representando? Angel saborea a la vez un oporto y a Kant. Bebe y lee: "Sólo aquella constitución de un pueblo será justa y moralmente buena si tiende a evitar la guerra agresiva (...) y a terminar con las guerras (fuente de todos los males y de toda corrupción de las costumbres), con lo que se garantizará al género humano, a pesar de su fragilidad, el progreso hacia lo mejor".

*Profesor de Filosofía