Los pilares estructurales que sostienen a la sociedad en un equilibrio inestable son indispensables para que toda esta carpa en la que nos movemos funcione, porque si se desgajaran los elementos que la conforman, irremediablemente se caería. Uno de esos pilares es la unidad familiar, que aparte de sus implicaciones afectivas ha de verse como una pequeña empresa donde se dan todos los elementos que la designan. No hay que olvidar que es uno de los motores de la economía de un país y la prueba de su solvencia es que no muestren síntomas de precariedad. Para ello el empresario-a debe gozar de buena salud y de empleo, cuando eso no ocurre cabe la posibilidad de que se desplome. Pedir al juzgado amparo cuando las cosas no van bien, como hacen las empresas cuando dejan de tener solvencia, es una de las soluciones que se han aplicado a una familia de Barcelona, que tras una grave enfermedad del titular se había quedado con una deuda insostenible. Esta medida puede ser la solución para solventar los primeros pagos, mientras que establecer pensiones que no sean ridículas y mantener ayudas constantes debería ser un objetivo de los gobiernos.

*Pintora y profesora de FP