Los que pensábamos que el género de los reality show estaba agotado, tenemos en el horizonte próximo el renacer de un futuro proyecto que nos va a colocar de nuevo en el infierno. Para este otoño se anuncia el juicio a Francisco Camps, ya saben, presidente de Valencia, y amigo de sus amigos.

Estoy que no duermo desde el que el juez encargado de la causa ha mandado a don Camps la citación. Ni siquiera los duelos Barça-Madrid nos van a meter tanta adrenalina. Me imagino la escena, que puede suponer una cumbre en la historia de la televisión: Tele 5 con catorce cámaras desplegadas en el juicio y alrededores, para que no pierdan detalle del asunto. Un club paralelo, formado por el equipo titular de Sálvame, capitaneado por Jorge Javier Vázquez, irán haciendo el juicio paralelo con todo lujo de detalles y sin reparar en comentarios alegales, insultos ilegales y descalificaciones choriceras. Este reality será por fin la consagración como princesa del pueblo cabreado de Belén Esteban y su asesor aúlico don Matamoros, que se va a revelar como filósofo de taberna.

¿No están expectantes ustedes, queridos lectores? El juicio nos va meter caña, ante un apático otoño repleto de deshaucios, manifestaciones y huelgas generales. Llegar cada noche a casa tras la bronca del día nos ayudará a sobrellevar el calvario. Ver sudar a don Camps después de las grandes trolas, será nuestra recompensa. ¿Dimitirá o no dimitirá? ¿Se descubrirán más regalitos? ¿Qué opinará Mariano? Yo no duermo.