Mañana comienza la nueva ordenación del tráfico en el centro de Zaragoza que va a acarrear un cambio de hábitos de los ciudadanos. Habrá que armarse de paciencia para soportar atascos y demás molestias por las obras de la segunda fase del tranvía, y después habrá que acostumbrarse a nuevas rutas. No queda otra opción. Los zaragozanos ya han demostrado en los últimos años que saben adaptarse a las circunstancias. Y más cuando el resultado final será una larga línea norte-sur de tranvía a la que se le auguran los mismos buenos resultados que a la parte que ya está en funcionamiento.