La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, reunió el pasado viernes a sus nueve consejeros por la mañana y por la tarde para impregnarles de su espíritu y unificar criterios antes de la toma de posesión del sábado. Y la primera lección de austeridad de la jefa fue mandarlos a comer a casa y regresar por la tarde al Pignatelli, pero no en coche oficial, sino cada uno a su aire. Es decir, unos andando, otro en su moto y más de uno en taxi sin recibo.