Lo peor que podría ocurrir ahora en Aragón es que el nuevo equipo de Gobierno se enzarzara con el anterior por las cuentas de la comunidad. Como ocurre en otros territorios. Es evidente que hay que seguir haciendo ejercicios de transparencia y cotejar las veracidades, pero sin estridencias. Transparencia como la que ha hecho el anterior consejero de Economía de la DGA, Alberto Larraz, que ha entregado la cuenta general del 2010 a la Cámara de Cuentas para su fiscalización y, además, la ha hecho públicas. De ella se deduce, por ejemplo, que hay más déficit por culpa de los morosos, hasta cien millones de euros, lo que perjudica y mucho a las maltrechas arcas públicas. El nuevo equipo económico tendrá que poner coto a todo este fraude. Y cotejar todas las cuentas reales, que, además, han tenido siempre el mismo bueno de intervención.