La mayor y casi única polémica económica tras el relevo en la DGA deviene del plan Red, un sistema concesional de mejora y mantenimiento de las carreteras autonómicas. Para el consejero de Hacienda, Mario Garcés, que tres de las adjudicaciones computen en deuda, contraviniendo el plan de estabilidad financiera, es muy grave. Para el equipo saliente en Obras Públicas es la mejor manera de garantizar una adecuada red de infraestructuras de transporte en la región con costes diferidos. En esta pugna, se puede caer en el error de olvidar lo esencial, pues más allá de formalismos lo importante es que se mantenga una adecuada red de infraestructuras. ¿Será posible hacerlo sin el plan legado por el anterior gobierno PSOE-PAR, diseñado por el director de Carreteras y hoy diputado afín a Rudi Antonio Ruspira? Ese, y no otro, es el quid de la cuestión.