El Ayuntamiento de Zaragoza alcanzó por fin su primer acuerdo por unanimidad en un asunto de calado: instar a la DGA a elaborar un proyecto de ley de capitalidad. Es una buena noticia. Se necesita esta ley que reconozca las singularidades de la capital y su papel en el territorio. Igual que en su día se aprobó un fondo incondicionado de ayuda a los municipios, ahora es necesaria una iniciativa que articule el papel de prestatario de servicios regionales que ofrece la ciudad. Sin prisa pero sin pausa, hay que avanzar en una ley de capitalidad consensuada.