La muerte criminal de esta chica granadina a manos de su novio por una brutal paliza pone a los medios televisivos al borde del infarto emocional. ¡Cómo gozan en los magaCines mañaneros con estos temas! Echo una mirada desangelada a Antena 3, y me topo con todo un despliegue técnico, para conocer desde todos los ángulos el drama de este pueblo granadino.

Pero, ay, a menudo nos traicionan las palabras. Se ve que todavía no tenemos incorporado el lenguaje correcto a nuestro pensamiento. Un presentador que habla mucho (bueno, todos sufren verborrea) dice solemnemente que "Esta chica era muy joven, no se merecía en absoluto morir así". Por fortuna, la presentadora estuvo ágil de reflejos y cortó por lo sano: "¡Eh, ninguna se merece morir así!"

Por supuesto. Ya está bien de ligar bondad con sacrificio. Justificar celos con maltrato. No, la cuestión es bien simple, como explica más tarde otro invitado: no se trata de celos, se trata de posesión, de propiedad. Se trata de que hay hombres que no toleran que las mujeres se desvíen del camino correcto. Lo que asusta es que cada día son más los chicos jóvenes que protagonizan estos dramas. ¿Qué les hemos enseñado? ¿La educación, la escuela, no educa en esos valores? ¿Por qué este fracaso alarmante?

Uno de los factores que ayudaría sería el de no elevar a espectáculo este tipo de sucesos. Este despliegue de medios, esta obsesión por el protagonismo (¿por qué siempre hay tantos candidatos/as a testimoniar ante una cámara?), rebajaría a menudo la tensión.