Que el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, cuestione ahora el proceso de las obras del tranvía a su paso por Gran Vía y Fernando el Católico, ya inauguradas, suena raro y, sobre todo, a retrasado. Porque lo que ahora preocupa a los zaragozanos son las de la otra parte, las de Paraíso a Parque Goya. Que la sugerencia del defensor del pueblo aragonés --a raíz de una única queja, por cierto-- llegue ahora, cuando más fácil puede ser criticar las obras del tranvía, y después de años discutiendo y presentando proyectos no suena, precisamente, a aportación para mejorar la ciudad. Da otra impresión.