La consejera de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, ha comenzado su gestión muy activa y ayer sorprendió a propios y extraños haciendo pública una denuncia por la que tanto el Ayuntamiento de Zaragoza como la empresa Tranvías de Zaragoza y la adjudicataria de las obras han incumplido los trámites obligatorios al no tener el visto bueno para empezar los trabajos. Seguro que es así y es un detalle que la DGA no haya impuesto la paralización de las obras, aunque sí que haya exigido que se ralenticen cerca de los bienes culturales donde se realizan. Y así debe ser para preservarlos. Lo que también debe hacer es eliminar cualquier sospecha de que esta decisión viene motivada por la posición beligerante antitranvía que tiene el PP en el consistorio (y más viniendo ella de allí). Esa actuación no sería de recibo.