En un país como este, tan dado al retintín, era poco probable que no se sacara punta a la fecha del 20 de noviembre, elegida por el presidente Rodríguez Zapatero para que acudamos a las urnas. Las primeras ocurrencias llegaron, cómo no, vía Twitter. 20-N: elecciones generalísimas fue uno de los mensajes más celebrados, hasta el punto de ser elevado a la categoría de titular de portada por un diario de Madrid.

Tampoco ha sido sorpresa que la coincidencia de la fecha electoral con el aniversario de la muerte de Franco, Primo de Rivera y Durruti excitara la creatividad de los columnistas habituales.

Ignacio Camacho (ABC) habla de "guiño macabro (...), tonta broma fetichista que solo se explica en el contexto de una enfermiza inclinación hacia los tics más superficiales del escaparatismo político".

Ernesto Ekaizer (Público) se refiere a la fecha elegida por el presidente como "la última travesura adolescente (...), una llamada simbólica al voto antifranquista".

Isabel San Sebastián (El Mundo) es más contundente: "¡Grandísima fecha donde las haya! A poco que Rajoy no se suicide, a partir de ese día celebraremos dos funerales en uno". Pero aún es superada en el mismo diario por Santiago González, quien no parece muy partidario del todavía secretario general del PSOE: "El 20-N es solo el aniversario de Primo de Rivera, Franco y Durruti, y ahora la fecha de su muerte política. Empate a dos".

HASTA AHÍ, TODO normal. Lo que llama más la atención es que haya quien se tome en serio la idea de que elegir la misma hoja del calendario a la que había el día de 1975 en el que entonces presidente del Gobierno, Arias Navarro, lloró y moqueó al anunciar la muerte del tirano ha sido la jugarreta postrera de ese líder ultraizquierdista y peligroso radical que atiende por Rodríguez Zapatero.

Según podía leerse ayer, el presidente socialista ha buscado la "épica antifranquista" o hacer "guiños a la memoria" para movilizar el voto de izquierdas, tan pachucho él. Parece mentira que en un verano tan fresco haya politólogos que se calienten tanto la cabeza.

Periodista