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Editorial

Hollande se escuda en la vida privada

En dos horas y media largas de conferencia de prensa ante 600 periodistas, solo hubo cinco preguntas sobre el asunto de la relación sentimental del presidente francés François Hollande y la actriz Julie Gayet. Aunque los periodistas tampoco se distinguieron por su insistencia, desde la primera pregunta se pudo comprobar que Hollande no iba a abordar el tema alegando que "los asuntos privados se tratan en privado". Sin embargo, la respuesta a una cuestión posterior mostró claramente la dificultad de separar vida pública y vida privada en un dirigente político. Hollande justificó que no ejerza acciones legales contra la revista que desveló el idilio porque su condición de presidente de la República le otorga inmunidad y le coloca en situación ventajosa en relación a sus conciudadanos. "Si no se me puede atacar, ¿puedo yo atacar a los otros?", se preguntó con un razonamiento impecable, pero que confirma la inseparable relación entre vida pública y privada cuando se es jefe del Estado. Lo máximo que se le pudo arrancar fue que antes de su próximo viaje a EEUU clarificará su situación conyugal.

RIESGO EN SEGURIDAD

Pero no solo su relación con Valerie Treirweiler --hospitalizada desde que estalló el caso-- y el papel de primera dama están en juego. Las últimas revelaciones sobre el piso en el que Hollande y Gayet se citaban, relacionado indirectamente con personajes de la mafia corsa, ponen en duda su seguridad. Esta fue otra de las preguntas de la conferencia de prensa, a la que Hollande respondió que su seguridad no ha peligrado en ningún momento, sin dar más detalles. Sin embargo, no parece que sus guardaespaldas conocieran los antecedentes de los amigos que prestaron el apartamento a Gayet ni que controlaran a los fotógrafos que hicieron el reportaje comprometedor. Por eso, es legítimo preguntarse si alguien que disparó una cámara pudo también disparar un arma.

Aunque en Francia es aún un valor el respeto a la vida privada, este asunto puede agravar la ya escasa credibilidad del presidente, que ayer presentó un "plan de responsabilidad" entre el Estado, las empresas y los sindicatos para intentar sacar al país del estancamiento económico. Ante los temores de que sea un plan de austeridad, Hollande sostuvo que se trata de un "acelerón" en el mismo camino y no de un giro económico. Pero su afirmación está por demostrar.

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