El conflicto abierto por la Universidad de Zaragoza al reclamar al Gobierno los fondos comprometidos para su funcionamiento, persiste. Ayer, sin embargo, un consejero de ese Gobierno, el de Industria e Innovación, Arturo Aliaga, abogó por el diálogo y calificó al campus aragonés de motor económico fundamental en la investigación y en la transferencia de conocimientos entre esta y la empresa privada. Una posición que debería defender en el Consejo de Gobierno, donde otros departamentos no parecen compartirla en sus presupuestos.