La actualidad del Real Zaragoza

Víctor Fernández puede ejecutar un contrato por tres años como asesor de la dirección general

El entrenador, una vez amarrada la permanencia tras ganar en Santander, debe elegir si sigue en el banquillo, un año más, lo que parece más probable, o si pasa al despacho, una decisión que afecta a Cordero y que abre un escenario de muchos cambios en la plantilla

Víctor Fernández, entre Sanllehí y Cordero en la presentación del entrenador el pasado 11 de marzo.

Víctor Fernández, entre Sanllehí y Cordero en la presentación del entrenador el pasado 11 de marzo. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La permanencia lograda por fin de forma matemática tras la recién conquistada victoria en Santander supone el final de la agonía para esta temporada en el Real Zaragoza y, sobre todo, la puesta en marcha del proyecto de la próxima temporada, en el que la decisión capital corresponde a Víctor Fernández. El técnico zaragozano firmó, cuando llegó el 11 de marzo para relevar a Julio Velázquez, un contrato hasta junio con un año más en el banquillo, hasta 2025, pero también se negoció un vínculo paralelo, de tres años como asesor de la dirección general y embajador institucional del Zaragoza , que puede ejecutar ahora, dejando sin validez ese contrato como entrenador para ser el máximo responsable del proyecto, una decisión que lógicamente pone en el foco la figura de Juan Carlos Cordero, director deportivo del club y con un año más de contrato. Esa decisión es el pistoletazo de salida a unos meses que se esperan cargados de movimientos en el club.

Víctor tendrá que decidir ahora y las señales que ha dejado en este tiempo invitan a pensar más en que su papel se mantendrá como entrenador y que cumplirá ese año más de contrato en el banquillo, porque en su idea sigue devolver al Zaragoza a Primera, aunque estos meses le han supuesto un fuerte desgaste. En todo caso, se trata de una decisión excluyente. Si decide activar el pacto como asesor de la dirección general y embajador institucional del Zaragoza, el contrato como técnico pasa a ser papel mojado y viceversa, claro está. La entidad entendió, Raúl Sanllehí, director general y también el propio Cordero, que la apuesta por Víctor era la única salida en marzo para no aumentar una tensión con la grada que podía llevarse al equipo al desastre de Primera RFEF. Y el entrenador jugó esa baza de la necesidad para tener plenos poderes de decisión al acabar este curso.

A Cordero no se le ha manifestado hasta el momento que se vaya a prescindir de sus servicios, pero estos más de dos meses de relación con Víctor ya han dado de sí para dejar con claras señales que ese matrimonio de conveniencia entre dos personas alejadas en la manera de entender el fútbol, en el ideario y en el carácter

Lógicamente, si Víctor sigue en el banquillo se podría mantener una cohabitación con Cordero, al que en ningún caso se le ha manifestado hasta el momento que se vaya a prescindir de sus servicios, pero estos más de dos meses de relación entre ambos ya han dado de sí para dejar con claras señales que ese matrimonio de conveniencia entre dos personas alejadas en la manera de entender el fútbol, en el ideario y en el carácter parece difícil que llegue a buen puerto. Lo vivido desde marzo, con un funcionamiento del equipo de perfil bajo, con 13 puntos de 33 posibles, y diversas salidas de tono en sus declaraciones de Víctor no ayudan al técnico a ojos de la propiedad, mientras que a Cordero el rendimiento de la plantilla en un año tan complicado y muy irregular, con una permanencia agónica, tampoco le supone el mejor aval.

Una reunión clave

En todo caso, ese statu quo actual con Cordero y Víctor en sus puestos, de mantenerse, exigirá una delimitación perfecta de funciones y una reunión en la que se pongan las bases del funcionamiento de la próxima temporada a la hora de la planificación. Las manifestaciones del entrenador en las que cuestionaba el diseño del equipo en verano pasado ("Yo no habría configurado así la estructura de la plantilla", aseguró hace poco más de dos semanas, antes de jugar en Oviedo) abrieron una distancia importante entre ambos y que no fue a más por la conjura en resolver lo primero y fundamental, la permanencia.

Hay que tener en cuenta que Cordero al llegar en enero de 2023 y tras desvincularse del Tenerife firmó hasta junio de 2025 y su salida, que no se plantea a día de hoy en forma de dimisión, exigirá un acuerdo de indemnización.

En el caso de que el entrenador zaragozano opte por quedarse comoasesor de la dirección general y embajador institucional del Zaragoza, tendrá por debajo un director deportivo, en principio no una secretaría técnica, y también habrá que designar un nuevo entrenador, teniendo en cuenta que el funcionamiento del grupo inversor que tiene la propiedad del Real Zaragoza es mucho más complejo que el de un club normal, ya que intervienen más actores. 

La estructura de club

Así, el Zaragoza, propiedad de Real Z LLC, está integrado en Alliance Global Partners, con sede en Miami y cuyo CEO es Alberto Marrero, hijastro de Miguel Ángel Marín, consejero delegado del Atlético, y que coordina a todos los clubs del grupo inversor (Inter Miami, Lens, Calcio Pádova y Millonarios, además del Zaragoza) y con la entidad rojiblanca con un fuerte vínculo con sus franquicias (Ottawa y San Luis) y equipos satélites, por lo que el peso de Carlos Bucero, nuevo director de Fútbol rojiblanco, tampoco hay que desdeñarlo, teniendo en cuenta que Mariano Aguilar es consejero zaragocista, uno de los dos que vinieron de la mano de Gil Marín (el otro es Emilio Cruz) y de su absoluta confianza. Es decir, el mánager que sería Víctor distaría de tener una autonomía absoluta, lo que ha venido pasando hasta ahora con los máximos responsables de la parcela deportiva, primero Torrecilla y ahora Cordero.

Una reforma amplia de la plantilla

El entrenador también desea saber la capacidad exacta de maniobra económica que va a tener en la plantilla, donde la revolución se plantea amplia, hasta el 60% de la misma y con muchos futbolistas con contrato en vigor (con las indemnizaciones), con más de una decena de fichajes y muchas decisiones por tomar en todas las líneas, puesto que el cambio en el equipo va a ser amplio, entre los que no tienen posibilidades de seguir por sus cesiones ya sea por su alto coste o por su flojo nivel (Mouriño, Valera, Zedadka o Manu Vallejo), los que acaban contrato (Gámez), los que pueden salir por su bajo rendimiento (Poussin, Bakis, Lecoeuche, Rebollo, Enrich...) o los que se apuntan a marcharse, como Francés, que saldrá traspasado. o Maikel Mesa, que ve con buenos ojos su regreso a Tenerife. 

Y, lógicamente, hay que abrir la puerta a muchos refuerzos después de que el trabajo de Cordero lleve parado dos meses, con gestiones encaminadas como Bernal (Racing de Ferrol), que ya tiene un preacuerdo con el Sporting, o Insua (Sporting), que está a un paso del Granada u otras que fueron imposibles desde hace meses, como el meta Soriano (Tenerife) o Curro (Burgos), que jugarán en Primera, además de la vía del regreso de Ander Herrera, pendiente de una oferta para renovar por un año en el Athletic y sobre todo del salario que le imputará LaLiga llegado el caso, que no será poco, por no hablar de las renovaciones (Azón, Francho, Francés, Marc Aguado...) de jugadores claves que acaban contrato en 2025 y que se deben afrontar en este verano, aunque en alguna de ellas, como la de Francés, las esperanzas en un acuerdo sean nulas.