Los profesionales sanitarios que atienden los servicios de urgencias de Aragón y, en especial, el del hospital Miguel Servet ya no saben cómo denunciar la situación de colapso que se vive en el centro. Ayer se registró un récord absoluto de atención a pacientes en un solo día, llegando a los 660 casos, el doble de lo habitual. Un enfermo llevaba 117 horas en los pasillos esperando una cama en planta. El Salud ha aplazado operaciones previstas para liberar camas reservadas a las mismas, pero esas medidas siguen siendo parches para una situación que se está convirtiendo en crónica. La Consejería de Sanidad vuelve a escudarse en un repunte de la gripe, mientras los trabajadores niegan que esa sea la causa. Ya no se trata de buscar soluciones puntuales, hay que perfilar un proceso de atención sanitaria amplio y con recursos.