Y en estas llegó Rajoy...

Mientras los empresarios catalanes estudian la manera de mostrar su miedo ante una posible independencia, Merkel solo ha tenido que mentar el tratado que garantiza la soberanía e integridad de los países de la UE, un excepcional flotador para no ahogarnos entre tanta farfolla política. Porque para que Cataluña fuera aceptada como país miembro antes tendría que ser Estado y la UE no considera Estado a nadie que se declare independiente infringiendo el derecho internacional y, en particular, la Constitución nacional que debe respetar. Es decir, que Cataluña, en el hipotético caso de que se declare independiente, quedaría en ese limbo de tierra de nadie que es Kosovo, que desde 2003 está llamando sin éxito a las puertas de Europa porque varios países, España entre ellos, se niega a aceptarlo. Las consecuencias del desamparo internacional en el que quedaría Cataluña son tan fáciles de entender, que no se explica por qué la verborrea política, en ambas direcciones, tapona el que debería ser único debate. Solo desde la irresponsabilidad de Artur Mas, que va a por todas para ocultar su incapacidad política y la corrupción institucionalizada en los gobiernos de CiU y su propio partido, desde la soberbia y la estulticia del PP, que califica de "broma" un asunto tan doloroso para todos, y desde el quiero y no puedo del resto de los partidos, se puede analizar este proceso. Porque cuando Merkel establece las bases para debatir en serio, va Rajoy y la caga echándole el muerto al Tribunal Constitucional. De locos. Periodista